La tragedia que vive Nicaragua no es culpa exclusiva de
Daniel Ortega y Rosario Murillo, también de la mayoría de la sociedad que por
sí misma no ha superado la concepción caudillista colonial.
Tal afirmación no exime o mengua la culpabilidad de
la pareja presidencial, es mayor que la de otros porque gobernando impuso mando
militar, y con los recursos económicos fortaleció el tradicional sistema
corrupto y de clientelismo político.
La falla de la mayoría de la sociedad radica en su
imposibilidad de romper con su cultura, valdría excusar a quienes carecen de conocimientos
pero no a los aprovechados para obtener ventaja del ruin modelo.
El oportunismo podría ser nato en el nica producto de
su herencia genética, pero igualmente fortalecido en sus caracteres primarios
cuando su formación de infante en el hogar y practicado durante su crecimiento
y relaciones sociales.