lunes, 20 de septiembre de 2010

Combatientes sandinistas en la calle


Les encuentro en las calles, comunidades rurales, envejecidos, enfermos o alcohólicos, relatando sus hazañas y amarguras, o en sus pequeños comercios tratando de superarse enfrentando las injusticias del sistema excluyente y de oportunistas, o buscando cómo adquirir capital con el cual vencer la pobreza.

Transitan de oficina hacia oficina partidarias y gubernamentales “buscando respuesta” para satisfacer necesidades básicas, veinte años después de haber dejado las armas que dispararon combatiendo a Somoza y defendiendo la Revolución Popular Sandinista, por la cual arriesgaron vida, abandonaron familia, venciendo calamidades durante la guerra y “la democracia”.

Las batallas les marcaron cicatrices en el cuerpo, en la memoria quedó el orgullo épico tras cientos de enfrentamientos. Unos pocos recibieron ciertos bienes, cientos están olvidados y andan solicitando sus derechos: pensión vitalicia, salud, vivienda, tierras productivas, dinero para invertir.

Un reducido grupo de combatientes, y otros que no lo fueron, “reciben beneficios”, comercian buen capital en el engranaje oficial que les facilita enriquecerse. Otro pequeño grupo, la mayoría no combatientes, decide en el partido y el gobierno, y también acumulan cuentas bancarias y propiedades.

Después de salir del ejército, la vida civil democrática no les produjo prosperidad. Los gobiernos incumplieron acuerdos, y el Frente Sandinista les ofreció resolverles cuando Daniel Ortega volviera a la presidencia. Acompañaron a Ortega todo el tiempo, garantizaron su seguridad, y todas las veces votaron por él, hasta que lo retornaron a la presidencia participando en las campañas y el tendido electoral.

Daniel Ortega los bolea

Desde la presidencia, Ortega no les cumple, infiltra las organizaciones, les pone trabas burocráticas, les envía operadores políticos a que los mediaticen, entrega buenas regalías a ciertos directivos y chucherías a los otros, les miente.

Entre no poco combatientes impera el descontento no sólo con Daniel, también con la Comandancia General del Ejército, pues se quejan de que les han borrado de la lista de retirados de la institución, no tienen “un papel que diga que fueron militares”. Por tanto no pueden reclamar sus derechos.

“El carnet del ejercito no vale, fui borrado de la lista de retirados” me dijo Cruz Cresencio Cisneros Artola, un teniente del ejército, con cincuenta años, siete cicatrices en su cuerpo producto de las balas, “y la columna deschincacada”.

Tampoco pueden conseguir empleo, “a un viejo no le dan trabajo ni en la empresa privada ni en el gobierno, menos si está enfermo” . “Más bien le están resolviendo a los de la Resistencia y a nosotros nos dejan a un lado”.


Viejos y enfermos, pelones o panzones, desde Matagalpa iniciaron una marcha, recorriendo ciento treinta y dos kilómetros, para llegar a Managua hasta la residencia oficina partidaria presidencial de Daniel Ortega, pero “los bolearon”, les dijeron que se regresaran y les resolverían.

En Matagalpa les ofrecieron cinco manzanas de tierra. Comparan la cantidad de tierras y propiedades que poseen algunos directivos del partido, y reaccionan indignados. Persiste la injusticia y el menosprecio a su heroica entrega para “que otros gocen de poder y prebendas”.

No seguirán votando por corruptos

La mayoría con quienes conversé siguen siendo sandinistas, y me pidieron no mencionarlos, temen represalias, pues aunque les duela no van a continuar apoyando a Ortega y la élite de oportunistas que le rodean. Les van a dar una lección.

El danielismo ha creído que los combatientes, por la consciencia sandinista firme, van a seguir votando por ellos, pero es la misma consciencia la que los lleva a reflexionar “cuando reciben desprecio y son víctimas de la desigualdad.”

Ellos y ellas se armaron para derrotar a la dictadura, defender la revolución, y cambiar el sistema de privilegios para unos pocos y represión y pobreza para la mayoría. Pero ahora se encuentran con que los cambios no han sido sustanciales, continúa el oportunismo que produce corrupción, nepotismo, exclusión.

En Matagalpa, como en otros sitios, “vemos a antiguos somocistas, que siguen siendo somocistas con sus actitudes” en puestos importantes en el partido y el gobierno, y “descaradamente mienten… hasta dicen que combatieron o que fueron víctimas de la guardia”. “Esos son los aduladores que se han hecho millonarios y tienen a toda su familia en los puestos del gobierno.”

En el Frente Sandinista no hay elecciones para cargos partidarios, son nombradas personas que en su mayoría no son representativas ni están forjadas en la lucha revolucionaria, obstaculizan que los combatientes asuman el liderazgo sandinista y respondan a sus intereses de clase.

Sin embargo, los viejos combatientes no se resignan, aún viejos y enfermos, seguirán la lucha cívica por sus derechos que le costaron sangre y sacrificios. Continuarán su marcha, evitando enfrentamientos bélicos. No desean más guerra… pero las contradicciones y los vejámenes pueden cambiar el rumbo de sus demandas.

Daniel Ortega, tiene la solución en sus manos, si acaso aún decide, aunque no lo creo pues es pieza del sistema que él y su grupo ha creado pensando en la eternidad del poder absoluto y enriquecedor.

jueves, 16 de septiembre de 2010

A Nicaragua no la transformamos fácil

Este país ha experimentado procesos políticos, sociales y naturales que se repiten con avances, retrocesos o diferencias mínimas; al frente de cada uno de ellos un guía, y oponiéndose los rebeldes. Dialéctica.

Tradicionalmente el líder exige lealtad y servicio a cambio de privilegios. Cuando una persona es llamada traidora, peligra de muerte corporal o civil, y cuando fiel, goza del sistema impune.

Por tanto, ningún asombro causa el discurso del presidente Daniel Ortega invocando deidad. Ninguno. Tampoco sus ofensas luciendo en el pecho la bandera de la “querida patria”, conduciendo un Mercedes Benz lujoso de industria europea. Daniel Ortega no debe sorprender, sustancialmente es como los demás presidentes.

Daniel se dio cuenta de que no podía continuar ligado al ateísmo y se convirtió al cristianismo, o regresó al cristianismo, o lo manipula. Él también podría recibir de Roma el título “Príncipe de la Iglesia”. El papa Ratzinger declaró oficialmente su santa satisfacción por la penalización del aborto en Nicaragua y envió bendiciones al matrimonio presidencial.

¿Por qué nos vamos a extrañar si viene de nuevo un Papa al país? Whotyla vino dos veces en una década, y ahora Ortega pretende que el representante de Dios en la tierra le confirme los lazos matrimoniales con su esposa y los bendiga. A la Iglesia le conviene que Ortega se arrodille ante un Papa e implore perdón.

“Todos los caminos conducen a Roma”, es el dicho principal de los políticos nicaragüenses. Después del presidente José Santos Zelaya, sólo Ortega se le había rebelado a la Iglesia, y ésta se alió con Washington en los años ochenta, igual que en 1905.

La sociedad del cardenal Miguel Obando con Ortega molestó a sus socios de la Contrarrevolución. Se sintieron traicionados. No comprenden que la Iglesia, y en particular Obando, tenga pendiente investigaciones sobre sus inversiones económicas. Obando recibe el apoyo de Ortega para anular el proceso y a cambio el prelado gestiona la misa del Papa en Managua, o la ceremonia matrimonial en la Capilla Sixtina.

Todos los políticos están involucrados en la jugada. Ellos ponen y quitan las reglas según les conviene, y todas las reglas invocan a Dios, y las bendicen curas y pastores. Cada político va solo o en manada donde el religioso, a negociar, como siempre.

La misma corrupción

¿Cómo extrañarme que haya corrupción estatal? El siglo pasado fue corrupto en todos los períodos presidenciales. Igual la robadera del erario y el tráfico de influencia. Igual las denuncias de la población y las guerras nacionales.

Criticar a los políticos ha sido el proceso para las guerras. Los pobres mueren o se vuelven más pobres, y los ricos más ricos o pobres, y algunos pobres se hacen ricos con el poder. No hay cambios sustanciales en las empresas, el capital nacional no crece, ni crecerá en dos siglos como para que dejen de llamarnos con ironía: “país en vía de desarrollo”.

La mayoría de nicaragüenses peligra extinguirse, para trabajar y ganar más debe salir a otros países. Pobreza vive el 70% de los habitantes, de los cuales el 20% son diagnosticados miserables. Ningún proyecto nacional ha generado crecimiento económico, los pobres siguen multiplicándose.

Aumenta la miseria, se extiende el descontento, pero no son permisibles los gobernantes: descalifican a personas que argumentan al describirles sus actos. El poder económico-político-militar-religioso se comporta similar, no varía su estructura en el Estado. Ésta es una sociedad de bascosidades bucales y criminales.

Asesinatos por política

En el continente fue en Nicaragua donde asesinaron al primer obispo católico: Monseñor Antonio Valdivieso, luego al general Benjamín Zeledón, al nacionalista y antiimperialista general Augusto C. Sandino, al general Anastasio Somoza García y a su hijo el general Anastasio Somoza Debayle (en Paraguay, en solidaridad con Nicaragua), y al jefe de la Contrarrevolución derechista, Enrique Bermúdez, que sin tener rango de general lo hubiese lucido si los paramilitares hubiesen derrotado con las armas al FSLN.

Los nicaragüenses conocen la violencia. Cerca de cien mil personas murieron durante quince años de guerra civil, otras miles huérfanas, otras quedaron, o lisiadas o paranoicas. No me extraña que Daniel Ortega tema que le ajusticien junto a su esposa. La estatua de Rigoberto López Pérez se encuentra en la antigua avenida universitaria nacional, y éste fue quien disparó contra el primer Somoza a quien le llamaban dictador.

Setenta mil casos de violencia en la familia fueron ha sido denunciados en un año. La pobreza, la demagogia, la ansiedad de ser, la deficiente educación, el circo mal presentado, el vicio perverso, mantienen irritada a la sociedad. En el país repiten: “La gente se arrecha y le pega un vergazo a cualquiera”.

Enjuiciar a los guerreros

El nivel de violencia en el país se escapa de control, es cíclico. En cien años hubo tres guerras civiles, llamadas todas con simbología liberal. La dirigencia política no logra superar el liberalismo del siglo XIX en Nicaragua, y es que ni liberales son, sino como dice un dirigente obrero del campo: semifeudales.

He visto la furia arrasar ciudades y campos. El nicaragüense no aguanta fácilmente un bozal. A las personas les gusta decir lo que piensan, sentirse libres para trabajar o haraganear, o acumular capital honesto “con el sudor de la frente”. También le encanta guerrear.

El presidente Ortega debe nombrar los medios de comunicación que incitan a un atentado terrorista contra él y su esposa, y acusarlos en los tribunales. Hablar de guerra, atentado, ajusticiamiento, golpe de Estado, debe ser penado en Nicaragua, igual que la calumnia y la corrupción. El presidente Ortega puede ser conminado judicialmente por sus amenazas contra gremios o particulares que critican o adversan su gobierno.

Sin embargo, el problema económico de Nicaragua es el enriquecimiento por medio de la política. En el país no han creado mecanismos corruptos menos dañinos a los habitantes. El sistema ilícito que nos quiere dominar es inviable. Resultado: pobreza adquisitiva. Pobre calidad de vida. Pobre sabiduría. Pobre argumento. Pobre plan. Pobre escenario. Pobre utopía.

Todos los funcionarios públicos y sociedades privadas que se han enriquecido por medio de sus relaciones con el Estado deben ser denunciados. Sin distingos. Entonces podremos hablar de valores y actitudes rentables en una sociedad saludable, capaz, competente.

Metamorfosearse cuesta mucho. Todavía no estoy seguro si es génesis del nica, radiación astral, emanación telúrica, estoy convencido del todo. Cambiar todo lo lacerante del sistema no es fácil, pero tampoco imposible. Estemos lejos del Pitecantropus.

3 enero 2008

lunes, 13 de septiembre de 2010

La militancia en el Frente Sandinista

La concepción revolucionaria de Sandino y el Frente Sandinista, está siendo suplantada, masificando la militancia sin proveerla de herramientas ideológicas para construir una nueva sociedad, un diferente ser nicaragüense.

Los valores nacionales, son producto de las doctrinas del sistema creado desde la colonia, sustentados en conceptos feudales. El pensamiento oligarca, lo sabemos, continúa siendo quien organiza el poder estatal. No hemos superado en el país: la imposición y la reverencia.

Ser militante sandinista, en principio, es ser estudioso de los fenómenos sociales y plantear soluciones, programas que liberen a la clase dominada, vejada, y obtenga los derechos ciudadanos.

Contradictorio, es llamar militante sandinista a quien no conoce ni está comprometido con los conceptos de izquierda, ni concibe relaciones horizontales con el poder y se muestra sumiso ante las arbitrariedades o las comete.

No somos perfectos los animales humanos, sin embargo ser revolucionario es una actitud permanente para superar las imperfecciones animales. Podría llamarlo, mejor, ser evolucionista partiendo de Darwin.

No imagino a un militante sandinista que desconozca el papel que jugó el trabajo en la transformación del mono en hombre, ni haya estudiado materialismo histórico y dialéctico, y se encuentre alienado.

Partido de masas contra partido de cuadros

Quienes apuestan por un partido de masas, restan importancia a un partido de cuadros, descartan las características del militante, formado en el pensamiento, o como escribía el comandante de la revolución, Ricardo Morales Avilés, formado en el pensamiento sandinista con base en la filosofía materialista.

El sandinistas es un ser pensante, analítico, opuesto a la dominación de clase, de unos pocos sobre la mayoría de empobrecidos nicaragüenses, entre éstos militantes históricos, combatientes insurreccionales olvidados por quienes subieron al estrado como grupo dominante.

Entregar militancia a personas que no disciernan sobre la diferencia entre el trabajo asalariado y el capital, sus consecuencias y daños a la clase trabajadora, es crear masas circunstanciales alrededor del simbología, y presentarlas en actos, sin contribuir a transformaciones sustanciales.

La miseria en Nicaragua es consecuencia del criterio de quienes ostentan cargo público, sobre la mayoría de habitantes. Los primeros piensan sumar capital vertiginosamente, utilizando el Estado en beneficio propio y de grupos afines o socios. Los segundos, en suma jamás han salido de la miseria conceptual y económica. No se han liberado.

El militante sandinista es quien se libera del señorío de quienes desde el Estado imponen sus ideas, sus formas de organización, y reprimen las libertades ciudadanas. Es inaudito, concebir a un sandinista sin rebelarse ante las arbitrariedades, abusos, y corrupción de “la autoridad” cualquier sea.

Existe diferencia entre el militante sandinista y el simpatizante del FSLN. No es un asunto de categorías en escala de mando, sino de formación ideológica, aun cuando muchos que se decían ideológicamente materialistas, ahora son capitalistas mitómanos y militantes del FSLN.

En el FSLN, la hegemonía revolucionaria no existe. Por tanto, tampoco coexiste homogeneidad en sus cuadros, que oscilan entre millonarios y pobres, éstos, asignados al trabajo electorero, sin gozar los beneficios económicos, ni siquiera proporcionales a los ingresos de directivos.

Esa desigualdad, es consecuencia de las diferencias entre el trabajador asalariado y los capitalistas. En el FSLN, los capitalistas no quieren partido de cuadros, de pensantes con autoridad moral apegados a principios.

En el FSLN quieren engañarnos con la masificación, como muestra de aceptación electorera. Un carné recibido sin méritos, o sin los méritos ideológicos y sus actos, es una farsa. Probable, algunos o miles quieran ser militantes del FSLN, tienen derecho, sin embargo debiesen transcurrir, al menos, por una formación política cognoscitiva.

Serán militantes sin convicción

Antonio Gramsci, escribió: “Esto es el centralismo democrático: todos los cargos están abiertos a los militantes y son electivos, con libertad para deliberar pero, una vez elegidos los cargos y las líneas a seguir, todo es indiscutible, hay una subordinación jerárquica de los cargos. La autoridad viene de arriba, la confianza viene de abajo.”

Con la masificación, en el FSLN obvian la calidad requerida para deliberar, la capacidad para solucionar, la habilidad para obtener resultados satisfactorios en beneficio de la sociedad y no me refiero a dádivas o proyectos asistenciales, sino a programas económicos y políticos alteradores de “la cultura nacional”.

Más bien, en el FSLN tratan desvirtuar el pensamiento sandinista. Los sitúan arcaico, sino veamos dónde están las obras de Carlos Fonseca, Ricardo Morales Avilés, Oscar Turcios, José Benito Escobar, Leonel Rugama, Eduardo Contreras, Germán Pomares, entre otros pensantes.

Imagine, que en el FSLN entregan militancia a personas que jamás han leído las reflexiones de los dirigentes mencionados, mucho menos estudiado historia y filosofía materialista. Y se le nombra militante a quien recibe carné por necesidad de un trabajo o carta preferencial. Están creando un partido de mentiras, de masas sin cuadros que dirijan científicamente el proceso de cambio.

Debe ser que no quieren cambio de sistema, sino permanencia de métodos, tradicionales y culturales, para remozar las relaciones de poder, con muestras de sensibilidad social, obviando la lucha de clases entre dominante y dominado. Si no fuese, a la militancia del FSLN hubiesen convocado en todos los sectores, desde las bases, para discernir y elaborar planes programáticos.

La intención con los Consejos del poder ciudadano, más bien ha contribuido a fraccionar al partido, imponiendo estructura que suplanta la que en las bases durante años han formado las personas para defenderse del capitalismo feudal o agruparse en busca de logros.

Contradicción entre militantes viejos y nuevos

Con la derrota electoral de Daniel Ortega y Sergio Ramírez, en 1990, cientos de militantes sandinistas quedaron empobrecidos, luego de entregarse al combate contra la Guardia Nacional de Somoza y defender la Revolución Popular Sandinista y a su Dirección Nacional.

Por su capacidad de lucha y experiencia organizativa, la histórica militancia sandinista de base, ha sobrevivido a las exclusiones y opresiones de los gobiernos de la derecha tradicional. Nada más resistiendo las políticas clasistas del capitalismo feudal.

Otros, los nuevos sandinistas, “más preparados”, y que no combatieron o fueron funcionarios menores en los ochenta, siempre en la burocracia, en los pasillos de la corte, se asociaron en el mercado, aprovecharon las influencias, capitalizaron al partido y ellos obtuvieron buenas comisiones.

Pero no sólo capitalizaron al partido, muchos de ellos, demasiados, se convencieron de que merecen una vida cómoda, igual a los capitalistas, y fueron cooptados con todos y sus malos gustos de consumo y presentación. Hasta escenificar el ridículo y lo cursi, made in.

Siendo como es de burlesco el nica, escucho a militantes insurreccionales y defensores del FSLN en los ochenta, expresar que es lesivo recibir de nuevo el carné de militante de quien no tiene méritos o a la par de quien hasta, en este proceso masivo, dice ser revolucionario.

Y prudente, como también es el nica, confiesa un trabajador del Estado: Mejor yo agarro ese carnet, no vaya a ser y me corran del trabajo… y la cosa está fea, todo caro… y no hay chamba.

Otros, firmes en sus convicciones, pregonan: Yo no voy a ir a recibir un nuevo carnet de militante si me lo entrega fulano de tal, oportunista en el partido, con procedimientos viciosos.

Por supuesto, hay quienes convencidos recibirán la militancia, orgullosos de autollamarse revolucionarios y reclamar con autoridad el rescate de los principios por los cuales murieron miles de compañeros y compañeras.

Mientras las injusticias del sistema opriman al pueblo nicaragüense, el militante sandinista es el primero en desobedecer. Veremos si los nuevos militantes van a responder a las calidades conceptuales y asumirán juicios argumentados, votarán por el FSLN, o reproducirán código de la sobrevivencia en la miseria: obedeciendo absurdos.

(Lunes 15 de junio 2009)

NOVELA TE AMARÉ POR SIEMPRE DE XOCHITL SARMIENTO

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