La catedral de Matagalpa rodeada por veintena de policías con armas de guerra y decenas de personas afines al gobierno, algunos con arma corta entre sus ropas. Jordi Estrada, periodista de radio Vos, filma con su celular y transmite directo, un poco antes de la una de la tarde, en la planicie del atrio, el jueves 25 de julio.
Me
encuentro a su derecha, unos pasos de distancia. No hay más
periodistas. Una mujer joven le arrebata el celular y lo lanza hacia la
esquina suroeste, donde en la parte baja se encuentra un grupo de
personas bajo un toldo colocado para protegerlos del sol. Por instinto,
el periodista va tras su equipo de trabajo en el suelo, pero varios
hombres le salen al paso y lo golpean. Jordi corre para ingresar a la
iglesia hasta donde siguen golpeándolo. Yo igual entro a catedral, para protegerme, no descarto me ataquen.
Jóvenes
estudiantes habían convocado a un piquete para homenajear a cuatro
universitarios asesinados por la guardia somocista, en una
manifestación, el 23 de julio de 1959 en León, fecha por la cual se
declaró Día Nacional del Estudiante. Pero, sesenta años después,
militares y turbas impiden la conmemoración a esta generación. El mismo
método implementado por la dictadura de la familia Somoza.