¿En quién creer? – piensa
balanceándose en la hamaca de la derruida casa vacía, donde se encuentra
meditando, entre nieblas de incienso.
No se trata de orientación sexual, ni
color de piel, ni clase social, ni otros estigmas discriminadores, es sobre la
ideología de la especie humana que domina el planeta: La concepción de poder –
en eso cavila.
Un cuarto de siglo atrás él deja de
frustrarse, observa con más detenimiento conductas y detalles, equilibra
emociones igual que pisando cuerda floja, desprende totalmente el sentimiento
de posesión, libera antiguas culpas surgidas en el libertinaje, crea su proceso
de liberación e independencia – y aún se pregunta si nada más creer en sí mismo,
aislado de la vía ordinaria por donde transita la normalidad.