sábado, 26 de noviembre de 2011

Comentario de la novela "Danzaré sobre su tumba", de Fátima Villalta

 Con Fátima Villalta y Edgar Escobar Barba.


La novela “Danzaré sobre su tumba” de Fátima Villalta, escrita en primera persona, es las reflexiones de la protagonista convertida en una voz interior desde el inicio hasta el fin, adjudicando a la inconsciencia su carencia de pudor, de una mujer sintiéndose despreciada desde niña, creciendo en una familia disfuncional a la cual termina odiando, en un poblado rural miserable.

Requirió esfuerzo de mi parte huir de la comparación mientras leía, es notoria la influencia de la literatura en Fátima, ha debido leer para escribir,  pues su estructura mental plasmada en la trama no evidencia desconocimiento, por eso no la circunscribo en una corriente, ni por el lenguaje, su forma de ordenar las palabras, ni por los acontecimientos narrados.

Encontré descripción emocional, imaginario, y vivencia real, entorno minucioso con detalles máximos de la expresión física y la conducta humana.

Rechacé imaginar que el personaje es la autora, esa tendencia imperceptible cuando leemos en primera persona, aunque inevitablemente, quienes no conocen a la autora, pensarán que es autobiográfica. Es común cuando el lector no es aficionado, no posee las herramientas para observar el todo.

Narrando con carácter firme y sarcástico, aduciendo inconsciencia y demostrando frialdad, esculpiendo permanente su venganza, María Eugenia Castillo describe a su madre aborrecida: “Había engordado, tenía los dientes curtidos por el tabaco, despedía un olor fétido debido al consumo de alcohol…”.

La autora no limita la figura aunque es compacta en definiciones, certera logra presentarnos al personaje, destacando las características detestables, aquellas más visibles cuando nos provocan desagrado. Es la mirada de sentimientos y razones de una hija escudriñando a la madre deteriorada, y a la mujer que siempre la menospreció y la califica de fea.

A ese dolo por la apariencia corporal, de la niña de doce años, se agrega su condición de bastarda, hija de un padre que nunca la consideró como tal, y de quien en una ocasión recibió “un mísero beso solamente, agrio y forzado”, y después ni siquiera la volteaba a ver cuando se aparecía nada más para copular con la amante.

Esa niña vivió tormentos, insuperados producto del desamor, la disfuncionalidad: ausencia de caricias y comprensión; su condición de mujer con menos oportunidad que su hermano por hombre, de tal manera que planifica la muerte de un ser que le repugna y así acaparar la atención de otro, al único a quien ha querido y se siente correspondida, y “extrañamente dependiente”, aunque después también llega el rencor hacia él.

Fátima profundiza en los sentimientos, debido a eso María Eugenia, a la edad de sesenta y siete años, fecha en que inicia el testimonio, explica el recorrido en su vida: “Intenté ser feliz, a mi manera, claro está. Con petulancia y sadismo, algo propio de la naturaleza humana, poco interesante, me atrevería a decir.”

Más adelante, agrega: “No soy más que la típica historia de sueños frustrados en añejas edades. Admito mi tonta ingenuidad, innata, tan inevitable y destructiva. Pero la disfruté tanto”.

En la novela encontramos fuertes reacciones, y Fátima organiza escenarios efectivamente visuales, con particularidades, y logra destacar la atmósfera, en su versión aromática, física y cromada, en armonía con pasiones y conceptos de vidas humanas.

En ese sentido quiero compartir una retrato, el del hermano: “Era tres años mayor, de piel pálida, larguirucho, de ojos tristes y saltones, de pelo castaño, aspecto pesaroso. Con una hermosa nariz romana, larga y delgada, de un buen tamaño; se hacía notar en aquel pueblo de narices chatas”.

Otra muestra de la habilidad de Fátima, es la delineación del lugar donde se desarrolla la historia: “Nuestro hogar, una pequeña casucha, situada a las afueras del pueblo. Una sala que hacía las veces de cocina, dividida por cortinas floreadas, que el tiempo curtió, un par de banquillas y una mesa rústica con un florero encima (…) La cocina manchada por el hollín y el humo. Algunas canastas colgando de las vigas (…) dos cuartos pequeños (…) un patio delantero y otro trasero, sin plantas de ningún tipo, descolorido y seco, donde ni siquiera los gatos excretaban”.

No les voy a brindar pormenores de los conflictos de María Eugenia, que la involucran en relaciones de rencor, desamor y muerte, de su vida sexual desafecta, promiscua, más por costumbre que deseo.

Tampoco les reseñaré la batalla con las personas con quienes comparte la vivienda, y en las cuales encontramos escenas de violencia, asco, y muerte, narradas excelentemente, reiterando, como en toda la novela, una combinación genial del interior humano y su relación con el exterior.

Aunque pudiera parecer exagerado, o carente de raciocinio, me hubiese encantado que esta obra fuese dirigida por Buñuel, o Fellini, o Polanski. Compren y lean la novela, les provocará satisfacción.

Muchas gracias.

*Ponencia leída en Pizza Venezia, Matagalpa, viernes 25 de noviembre 2011


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Elecciones empañadas por amañadas



El Frente Sandinista de Liberación Nacional pudo haber ganado las elecciones limpiamente si sus directivos hubiesen estado convencidos de la victoria, pero vimos inseguridad y de nuevo en Daniel, sus activistas y seguidores, resaltó la pasión por las mañas, provocando perplejidad, desconfianza, y descontento, antes, durante y después de las votaciones.

Daniel no debió postularse para candidato, no sólo porque lo prohíbe la Constitución Política, también por lo insano de que siga creyendo ser el escogido por dios para regir los destinos del país y de cada ciudadano, de igual manera es nocivo para el incondicional creyente que mira a Daniel como el continuador de Moisés, el personaje del cristianismo.

La sentencia de la Corte Suprema de Justicia, facultando la inscripción del candidato Daniel, fue una maniobra favorable porque el FSLN controla ese poder del Estado, así como maneja el Consejo Supremo Electoral, Asamblea Nacional, Procuraduría, Contraloría, Ejército Nacional, Policía Nacional.

La permanencia de magistrados en los poderes del Estado, más que una responsabilidad del FSLN es culpa de la clase política, de quienes en las elecciones pasadas lograron mayoría en el parlamento y se despedazaron en grupos, sin capacidad de negociar.

El Frente Sandinista ha sido más hábil que sus opositores. Durante la guerrilla superó a la Guardia Nacional, enfrentó al imperialismo yanqui, y actualmente acumula un capital financiero envidiable y un dominio absoluto de las instituciones del país, practicando la política tradicional.

Utilizando recursos del Estado

Unos amigos en Matagalpa, justificaron el uso de los edificios públicos como Casa de Campaña y el presupuesto público como Caja Chica del partido: “eso es normal, todos los partidos lo hacen”, pero “si Arnoldo Alemán financió  al PLC desde la Alcaldía de Managua” y “Toño Lacayo creó el PRONAL con recursos estatales”, y “Enrique Bolaños fundó el APRE de la misma manera”.

Entonces, el Frente Sandinista, las oficinas públicas llenó de banderas, rótulos, pintas, fotos de “Daniel y la Chayo”; los empleados públicos se convirtieron en militantes del FSLN y de sus salarios aportaban a la campaña electoral (no sé cuántos estarían por su gusto) y en horas laborales realizaban reuniones partidarias y salían a las calles como activistas del partido.

Con fondos del Presupuesto General de la República el Frente financió buena parte de su campaña electoral “porque así lo han hecho los demás… es normal que suceda en Nicaragua”. Entonces vehículos, combustible, viáticos, salarios, papelería, equipos y mobiliarios, recursos humanos, forman parte de la logística.

La Dirección General de Ingresos estuvo en función del partido, y hasta el director fue destituido por supuesta corrupción, aunque no fue juzgado; el Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE) ha sido otra institución estatal de campaña a tiempo completo, repartiendo dinero a manos llenas; así como la Comisión de Paz y Reconciliación que preside el cardenal Miguel Obando y Bravo, dedicada a reverenciar las figuras de Daniel y Rosario, con financiamiento del Estado; y las alcaldías con dinero del presupuesto municipal.

El Frente Sandinista ha sido el más eficiente en la compra de conciencias, las alianzas con el gran capital, y el acercamiento con el Vaticano por medio del cardenal nicaragüense que todos los días bendice a la pareja presidencial, presentándola como ejemplo de matrimonio católico por penalizar la práctica del aborto.

Pero no sólo ha sido eso en el FSLN. Daniel y su grupo deciden de dedo quienes serán directivos del partido y candidatos a cargos por elección, quienes serán funcionarios del Estado por vínculo partidario, familiar, más que por eficiencia profesional.

Justifican, llamando a lealtades ciegas a las personas para que saquen provecho económico, de tal manera que el Fiscal Electoral jamás vio al Frente Sandinista usando recursos del Estado para su campaña electoral permanente, y cualquier fiscal jamás verá sin óptica partidaria.

La Policía Nacional está presionada, entre decidir si ve muy pocas evidencias o no las encuentra cuando se trata de investigar a personas ligadas al poder, o ser diferente cuando se dirige a quienes no ostentan el poder político o cayeron en desgracia con el Señor Presidente.

El Frente Sandinista siempre saca a las masas a defender las calles, agreden a protestantes opositores, no les reconoce el derecho a la inconformidad con el sistema de gobierno; y maniobra con aparentes legalidades para intimidar.

En el proceso no existe legalidad





La oposición teme “la represión legal” que pueda ejercer Daniel Ortega, teniendo en sus manos todos los Poderes del Estado; y no me refiero a la oposición formal, sino a miles de inconformes que poco a poco van a ir perdiendo el temor y se tendrán que enfrentar “como es tradición” en Nicaragua para reclamar sus derechos.

No comprendo la testarudez del FSLN cuando le niega el derecho al oponente, fueron cantidades de maniobras: no permitir la observación electoral de organismos nacionales prestigiados, entregar mayoría de cédulas a simpatizantes, obstaculizar la inscripción de fiscales y miembros de JRV, orientar sus fuerzas de choque para atacar, entre otras.

En la zona urbana de Matagalpa, por ejemplo, comprobé que la mayoría de simpatizantes del FSLN controlaban los centros de votación, no permitían el ingreso del periodismo, y hasta hubo quienes, en confianza, orgullosos de sus habilidades, me confirmaron la alteración del recuento de los comicios, muertos y menores de edad votaron y otros lo hicieron hasta dos veces.

Mientras, en el departamento Matagalpa, afiliados a la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) admitían que con el FSLN negociaron los puestos que les correspondían en las JRV, logrando dinero en la mayoría de los casos y uno que otro beneficio; militantes del FSLN representaban al APRE; del PLC casi nada se supo durante la campaña, nada más cuando llegaba su candidato presidencial, y el día de votaciones no comparecieron ni directivos ni activistas.

El FSLN implementó su táctica en reuniones a las que asistían jefes políticos, delegados de gobiernos, funcionarios del Consejo Electoral; y congregando a las masas para orientarlas técnicamente como manipular las urnas y sacándolas a reprimir al manifestante contrario.

De ahí su victoria dudosa.

*Autor del libro “Reflexiones críticas desde el sandinismo”.

NOVELA TE AMARÉ POR SIEMPRE DE XOCHITL SARMIENTO

  Sergio Simpson y Xochitl Sarmiento. (Foto: Mauricio Midence) Cuando recibí la novela en formato PDF la abrí emocionado. Después de varios ...