Nuestro invitado es pensador, estudioso, y lo más relevante, para mí, es que en reiteradas ocasiones ha declarado que no dejará de expresarse aún con los riesgos que conlleva, deduzco que lo considera su responsabilidad profesional, pero antes que nada, estoy convencido, es su concepción, su conciencia, su libertad de manifestar lo que sabe, para su satisfacción y tratar de contribuir a la mejoría del país.
Por sus ideas libertarias tuvo que ir al exilio político durante quince años, cuando la dictadura somocista lo podía asesinar. En 1967, abandonó Nicaragua porque estaba involucrado en la lucha a favor de la justicia social, en contra de los atropellos y la corrupción del poder y dispuesto a contribuir a erradicar la miseria humana y material que padece la mayoría de la sociedad nicaragüense.
En el exterior aprovechó el tiempo, no dejó de ser alumno brillante; en Ginebra estudió sociología hasta el doctorado, y también una maestría en economía. No sé cuántos de ustedes, alumnos de esta universidad, pensarán que es suficiente con esos títulos, tampoco tengo idea de cuántos aspiran a cruzar esa meta. Pero, les cuento, a Oscar-René no le bastó, no estuvo satisfecho, su ansia de conocimiento lo enrumbó hacia un doctorado en economía política, en Méjico.
Él, como sociólogo y economista, investiga, escribe y diserta sobre aspectos vitales para la sociedad y que en este país (como en otros que no han consolidado un Estado de Derecho) son controversiales y hasta peligrosos cuando estadísticas y argumentos demuestran injusticias y desaciertos que cometen grupos políticos y económicos.
Las obras de Oscar-René contienen datos reveladores, aun cuando las fuentes oficiales no son confiables, pero con eso se trabaja en este país, y no se limita a documentos, realiza gira de campo para sustentar la veracidad de sus afirmaciones, como investigador responsable.
No les voy a decir cuántos libros ha escrito, ustedes deben buscarlos y consultarlos, nada más se los recomiendo, son útiles y necesarios para nosotros, para el país, pues sin sesgo nos enseña la realidad social, económica y política.
Conociendo, estudiando las obras de él nos informaremos, aprenderemos, y tendremos elementos de juicio para contribuir a las transformaciones necesarias y alcanzar superior calidad de vida.
No sólo pensemos en lo material, el consumo, cuando hablamos de calidad de vida, también visualicemos el bienestar que nos puede proporcionar la erudición, el aprovechamiento de la formación universitaria y el posterior desempeño eficiente y ético de la profesión.
La presentación que nos hará Oscar-René, de su reciente libro, Nicaragua Cambia todo cambia, es resultado de esa dedicación a conocer comprometido con la excelencia, en la cual he insistido.
Ojalá, muchos de ustedes, todas, exhiban sus estudios, sus libros escritos, y se sientan mejor anímicamente, orgullosos de sus éxitos porque no temieron la exigencia, el rigor, y les causa placer la sabiduría.
Con su exposición, Oscar-René nos develará los pormenores del panorama nacional, de ese paisaje que vemos diario, y a lo mejor de tanto verlo no nos percatamos de las particularidades, los detalles, o en la confusión de tantas opiniones no sabemos cuál es la certera.
Oscar-René nos facilitará ubicarnos, observar agudo, con amplitud y selectividad, y formarnos criterios con base en referencias y aproximaciones creíbles, verificables, o al menos nada absurdas y mitológicas.
Este libro como todos los de Oscar-René, nos refleja lo cotidiano, lo que leemos y razonamos en nuestro entorno, nuestra presencia de consumidores y artífices.
Leyendo, nos damos cuenta o descubrimos o reconocemos nuestra identidad, nuestra personalidad.
Somos nosotros y nosotras las identidades o personalidades que encontramos en estas páginas; este libro nos presenta la ilusión y la veracidad. Lo que hemos sido, somos, pretendemos ser y podemos ser en el presente.
Con su habilidad de mantener elequilibrio entre pensar y escribir, dejando ir sueltas las pasiones tanto como las ideas, con esas ideas permanentes Oscar-René es una voz responsable, creíble, educadora.
Su peregrinar académico en paraninfos, primero como alumno y luego como conferencista, y su ser maestro son las razones por las cuales se encuentra en este auditorio. Privilegio para nosotros, norteños y norteñas.
Este salón lleva el nombre… está dedicado en vida a Douglas Stuart Howay, un amigo que ha sido estudioso, maestro, Doctor Honoris Causa, uno de los grandes pedagogos de la provincia nicaragüense, entre otras distinciones o calificaciones que ustedes conocen por ser alumnos de esta Facultad. El profesor Stuart, como lo llamamos, es artífice del Grupo de Intelectuales Amigos de la UNAN, al cual me invitaron a pertenecer sin ser tal.
Oscar-René viene por su interés, viajó desde Managua porque quiso estar con nosotros, en este recinto, en esta Facultad que memora a Mariano Fiallos Gil, gestor, luchador, y creador de la autonomía universitaria, la libertad de cátedra.
Recuerdo que a estos encuentros les llamaban cátedra, y catedráticos a profesores e investigadores universitarios.
Autonomía y libertad de cátedra universitarias son la base de esta institución comprometida con investigación científica para la superación académica. Por eso el decano Víctor Gutiérrez y Jorge Icabalceta, Responsable de Extensión Universitaria, organizaron este conversatorio.
De Oscar-René agarremos sus palabras, sus argumentos, sus evidencias, desmenucemos cada tema, será enriquecedor. La autonomía del individuo depende de las capacidades propias para decidir, trazar la ruta, y avanzar hacia la meta.
Preguntemos, saquémosle el jugo, aprendamos más, así tendremos más elementos en la construcción del presente, desplazando al pasado, actuando luego de reflexionar.
Ya hablé suficiente, me extendí. Mejor escuchemos a Oscar-René, será estimulante para nuestra metamorfosis.
Muchas gracias.
Miércoles 17 septiembre 2014
Auditorio Douglas Stuart Howay
Facultad Regional Multidisciplinaria (FAREM-Matagalpa)
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
Foto: Cortesía UNAN Matagalpa
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