El Programa Histórico de la
guerrilla sandinista es contundente en todos sus enunciados. En 1969, el Frente
Sandinista de Liberación Nacional afirma que “La Revolución Popular Sandinista
extirpará la corrupción administrativa gubermental y establecerá una estricta
honestidad administrativa.”
Esa promesa en voz de Carlos
Fonseca (1936-1976), reconocido líder guerrillero, fue relevante para que el
pueblo de Nicaragua reflexionara acerca de la robadera y el comportamiento de
los Somoza y allegados militares, políticos, religiosos, y empresariales.
Augusto C. Sandino (1895-1934) proclamó
honestidad cuando dijo que no pedía tierra para su sepultura, y descalificó a corruptos
políticos liberales y conservadores sumisos ante los Estados Unidos de América.
El poder, los privilegios del
poder, en 1979 corrompió a un buen grupo de jefes políticos militares, los
deslumbró el lujo al cual llegaron, se embelesaron con las comodidades de la
burguesía y una parte de la burguesía se fusionó con la nueva clase al mando.
Ahí comenzó la corrupción, pero la
correlación de fuerza no le permitía a sus practicantes relucir ostentación más
que la oficialmente delimitada. Las justificaciones llegaron: los muchachos
lucharon mucho, arriesgaron la vida, sufrieron, ahora merecen disfrutar
comodidades y seguridad.
Continuó la corrupción durante la
repartidera de bienes estatales, tras la derrota electoral de 1990, y Daniel
Ortega siguió corrompiendo a militantes favoreciéndoles para que se
convirtieran en incondicionales y sostuvieran al partido en la batalla desde
abajo para retomar el poder total.
Daniel Ortega y su oficina de
inteligencia controlaban los movimientos fraudulentos de los gobernantes y sus
vidas privadas, los adversarios corruptos fueron aprovechados por Daniel para
chantajearlos, no para castigar el robo al erario.
Daniel Ortega no llevó a la cárcel
a los corruptos, pactó con corruptos, sus aliados son corruptos, es probable
socio mayoritario en empresas de corruptos. Eso no es sandinismo. No estaba en
la mentalidad de Sandino ni Carlos, ni en la de muchos guerrilleros que cayeron
combatiendo.
La mayoría del pueblo nicaragüense
respaldó la insurrección final contra la dictadura somocista, de igual manera
una buena cantidad de ese pueblo se rebeló ante las injusticias, llegando a
conformar más de veinte mil armados en todo el país, durante los años ochenta.
El sandinismo proclamó ante el
pueblo de Nicaragua que iba a terminar con la corrupción, por eso entregaban su
vida guerrilleros y guerrilleras, morían por ese ideal en la administración del
Estado. Para erradicar la historia de enriquecimiento de los gobernantes con el
permanente robo al pueblo.
Estos no son sandinistas, no
muestran cuentas, viven lujosos mental y materialmente como han vivido quienes
se enriquecen con las finanzas públicas y las influencias políticas.
Ninguna institución estatal o
municipal cumple transparencia, ningún funcionario enseña su declaración de
probidad, pero en la guerrilla el FSLN dijo: “Establecerá
un estricto control de la recaudación de los impuestos para impedir el lucro de
funcionarios gubernamentales, lo cual pondrá fin a la práctica usual de las
dependencias oficiales del régimen actual.” (1969)
7 agosto 2017
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