Erick Blandón Guevara, Patricia Orozco, Leonel Delgado. (Foto de PEN Internacional - Managua)
La base es sus vivencias en los
círculos de poder político y cultural, su formación provinciana en Matagalpa e
intelectual en universidades, su personalidad espontánea, permanente, para dejarnos
ir la voz describiendo con sorna una época dolorosa, bélica, vertical, ilusoria,
rebelde, burlesca, hipócrita, y contradictoriamente desenfrenada.
Desde entonces estoy en deuda con Erick (aunque es
probable que él tenga anotadas otras anteriores), porque no me he referido a
una obra literaria trascendente, escrita técnicamente magistral, expone la
historia, devela intimidades de poderosos, y retrata alguna gente del pueblo nicaragüense.
El martes 25 de julio asistí a la “presentación
de lujo” en Managua, ante escritores, personas interesadas en leer, la mayoría
adulta, y unos cuantos jóvenes. No había vuelto a reflexionar acerca de la obra,
presté el ejemplar y no regresó, ni ahora tengo la segunda edición que Alfaguara
promueve.
Inevitable, recordé el traslado de
las comunidades miskitas del río Wanki, frontera con Honduras, hacia el interior
en Zelaya Norte entre Puerto Cabezas y Rosita, al territorio del Proyecto de Reasentamientos
Humanos Tasba Pri.
A la acción bélica se le nombró
Navidad Roja, enfrentamiento militar entre soldados y reservistas del Ejército
Popular Sandinista con miskitos armados y financiados por Estados Unidos
pretendiendo instalar un gobierno provisional con líderes de la etnia.
Me refiero específicamente a ese
suceso porque es el inicio de la novela, una acción controversial que mantiene
heridas abiertas en la Costa Caribe, justificada por unos y otros y maldecida
por iguales.
La novela es un espléndido aporte a
la reflexión de cómo se establecen las relaciones con los pueblos originarios
de ese territorio, casi desconocidos o ignorados totalmente, imponiéndose el
poder desde Managua.
Pero la ficción no se limita a ese
hecho, abarca diversos escenarios en los cuales Erick genialmente describe
personajes poderosos, que bien puede el lector relacionarlos con jefes de esa
época o con otros que han ostentado igual o similar en cualquier momento de la historia
nacional, incluyendo el presente.
He consumido al poeta y narrador, Vuelo de Cuervos me permitió degustar al
novelista, quien muestra los retos del país con un análisis asimilable para el lector
común, que son pocos.
Este libro es resultado de
investigación documental y en el sitio, sin embargo fue desplegada como ficción,
es precursora de las investigaciones académicas publicadas por Erick: Barroco descalzo: colonialidad, sexualidad, género y raza en la construcción de la
hegemonía cultural en Nicaragua (2003),
Discursos transversales: la recepción de Rubén Darío en Nicaragua (2011), Rubén Darío: un cisne entre gavilanes (2016).
1 agosto 2017
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