Un grupo de
militantes del FSLN pretende presionar para que inicien un proceso de reflexión
política, analizando las consecuencias de la concepción y actos ordenados por
sus líderes. La obediencia al matrimonio presidencial ha dificultado o más bien
negado a las personas pensar por sí mismas, justifican todo sin voluntad
autocrítica.
La rebeldía de
abril es producto del descontento social con el sistema político nacional,
también es consecuencia del proceder de Daniel Ortega desde que retornó a la
presidencia (2007) sin evolucionar, su método obsoleto para gobernar lo llevó a
la ruina. Saldrá aborrecido por la mayoría de nicaragüenses y una buena
cantidad de habitantes de la Tierra.
Sin embargo, un
sector de esta sociedad -aunque minoría- sigue pensando en la docilidad ante el
jefe, la disciplina para repetir las consignas, y la violencia contra quienes
se atreven a cuestionar o desafiar aplicaciones de una política impositiva,
represiva, excluyente, despiadada.