Centenas de miles de personas se han marchado del país, buscando aumentar sus ingresos financieros y temerosas de posible guerra, prisión, golpes, torturas y asesinato.
Se desarraigan, con alegría o sufriendo, o experimentando ambas emociones. Acá no logran el dinero que necesitan, ni como pequeñas inversionistas ni como empleadas. Emigran hacia Norteamérica o Europa, Costa Rica o Panamá
En el año dos mil el censo sindical contabilizaba trescientos cincuenta mil obreros agropecuarios, la principal área de producción nacional, para comer y comerciar, y en ese tiempo el cincuenta por ciento ya había emigrado a buscar ingresos y salvaguardar su vida.