Aborrecen la democracia esos grupos nicaragüenses que se autodenominan partidos políticos,
concurren a elecciones nacionales con la idea de fortalecer un sistema
dictatorial y corrupto.
La mayoría de esas personas que aparecen tildadas de “líderes de partidos opositores” son desconocidas, ni se atreven a mostrar sus listas de miembros y directivos municipales.
Podría ser que algunas de esas agrupaciones no cumplan requisitos legales, y miembros de juntas de votaciones y candidatos pertenezcan a otro “partido” aliado.
Reconocidos son aquellos mercaderes de la política que ganan envidiables ingresos ordeñando al Estado; quienes del erario pagan millonarios contratos publicitarios promoviendo el culto a sus imágenes.