sábado, 18 de mayo de 2013

Bosawás está cerca de morir


Ayapal pronto dejará de ser parte de la Reserva Bosawás. Se introduce gente derribando el bosque. Alejan la selva. La sensación de lejanía trasciende los casi 300 kilómetros recorridos desde Managua. La distancia se impone porque la ley forestal no rige en el territorio.

El conflicto generado por la creación del nuevo municipio San José de Bocay, desmembrado del antiguo El Cua-Bocay, ha dejado más vacío que beneficio. No se sabe cuál gobierno municipal debiese detener el despale.

La Comisión Municipal de Recursos Naturales no funciona. Se cansó de gestionar sin obtener respuesta. Asegura que el gobierno central firma permisos para tala de madera; desautoriza la potestad municipal.

A este recóndito lugar, al parecer, también llega la corrupción. Funcionarios avalan la destrucción del bosque. La pobreza facilita a los mercaderes de árboles comprar por unos cuantos billetes la fortuna del país y arruinarnos más.

Aquí casi nunca, mejor dicho nunca vienen los funcionarios a supervisar. Es un desastre total. Casi nadie sabe cómo manejar los recursos del Trópico Húmedo. La riqueza se escapa de las manos de la mayoría para aumentar la de la minoría.

El juego de los políticos está lejos de la realidad. Aquí la impresión es que ellos luchan por sus cuotas de poder y capital. No les importa el progreso. No se descarta que ellos invierten dinero para destruir el bosque.

Aunque desde aquí, incomunicados, no saben cuáles empresas madereras son de los altos funcionarios y políticos, se presume que el desorden legislativo en materia de recursos naturales es para beneficio de ellos.

La distancia de Bosawás es aprovechada. Los lamentos rebotan y su eco apenas se escucha en la periferia. No llega la queja a la nación. Y si llega tampoco importa. No debe importar. Si se le brinda validez es peligroso. Destaparía la corrupción que existe alrededor del bosque.

Bosawás está en agonía y a casi nadie le importa. De todos modos «los billetudos», como dicen los campesinos, «en cualquier momento se van del país a disfrutar con el montón de riales que se roban».

Si hubiese interés de los gobernantes en la biosfera, el famoso plan de manejo funcionaría para aprovechar correctamente las riquezas del bosque. Tendríamos cantidad industrial de dinero, mejores condiciones económicas y climáticas de vida, superior alimentación. No se presentarían las numerosas muertes por desnutrición ni las grandes filas de empobrecidos.

Ayapal.
(El Nuevo Diario -  Jueves 7 de noviembre del 2002)


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