Luis Enrique Castrillo *
Ganadores y perdedores con frijoles negros y rojos
La oferta y demanda hacen que
los precios varíen, golpeando el bolsillo de los consumidores cuando hay
escasez de un producto, sin embargo, el productor nicaragüense por falta de
políticas de estado está desprotegido.
En la actualidad la
producción del fríjol rojo fue muy baja en comparación con el año anterior, sobre todo en el ciclo apante, que es cuando sale la
mayor cantidad de este grano de consumo indispensable para los nicaragüenses.
El
grito al cielo lo están dando los consumidores, pero nadie se acuerda que el
año anterior fueron los campesinos quienes sufrieron el bajón de precio y sus
pérdidas fueron cuantiosas.
¿Veamos cómo está funcionando la producción de fríjol rojo? El comercio del fríjol negro, que en su mayoría se exporta a Venezuela es uno de los factores que influye actualmente en el precio del fríjol de consumo nacional.
¿Veamos cómo está funcionando la producción de fríjol rojo? El comercio del fríjol negro, que en su mayoría se exporta a Venezuela es uno de los factores que influye actualmente en el precio del fríjol de consumo nacional.
En
la cosecha de Apante 2012-2013, se obtuvieron miles de quintales del rojo, eso
llevó a que en el campo se pagara hasta 200 córdobas por quintal, mientras el
negro se mantenía cerca de los 800 córdobas.
No
había de otra, el productor nuestro por falta de infraestructura, cultura y sin
leyes que lo protejan, tuvieron que vender el rojo a ese precio. Esa
experiencia los llevó este año a cultivar fríjoles negros y dejar de producir
el rojo que se consume en nuestro país.
A
pesar de ese bajo precio, en el mercado nacional el costo por libra al
consumidor no llegó ni a 5 córdobas, siendo los intermediarios y comerciantes
lo que tradicionalmente se quedan con la mayor ganancia, mientras los
campesinos se siguen asoleando para trabajar y seguir hundidos en la miseria.
En
algunas zonas del país se obtienen resultados arriba de los 25 quintales por
manzana, la media nacional es de 14 quintales, la mayoría de agricultores no
hacen uso de tecnologías ni de insumos que les permita aumentar los
rendimientos, aun cuando se disponen de variedades que su potencial es de hasta
40 quintales por manzana.
Si
tomamos la media de 14 quintales por manzana, a 200 córdobas que se vendió el
año anterior, se obtiene C$ 2,800 córdobas de ingresos por manzana, llevando a
la miseria a los productores, porque con esos precios es imposible que puedan
mejorar sus condiciones de vida.
Producir
una manzana cuesta alrededor de 15 mil córdobas como mínimo, agregando la mano
de obra de la familia. Veamos el detalle: En la preparación de la tierra, por
muy barata, la inversión es de C$ 1,000 córdobas; en semilla, con los precios
actuales, es de C$ 1,500; un trabajador se siembra 10 libras de fríjol al día,
por lo que se requieren 80 libras, eso equivale a 8 días hombre a un costo de
C$ 120, se hacen C$ 960 córdobas; en la aplicación para insectos, babosas,
herbicidas, fungicidas, engordador para el llenado de vainas, se puede gastar
alrededor de C$ 1000 córdobas, para estas actividades se requieren 10 días
hombres, y pagar C$ 1200 córdobas. Si se aplican abonos edáficos (aplicarlo en
el suelo), se requieren dos quintales de completo, su valor es de C$ 1600, y
dos quintales de urea a C$ 1500, con 4 días hombres para un costo de C$ 480
córdobas en mano de obra.
En
etapa de postcosecha (arranque y aporreo del grano) se requiere de 8 días
hombre y pagas C$ 960 córdobas. Sumado todos los gastos durante el ciclo
productivo, se requiere de una inversión mínima de C$ 10,200 córdobas.
Como
la media es de 14 quintales por manzana, el costo de producción de cada quintal
es de C$ 728.5 córdobas, lo que significa que el productor debería de vender su
quintal a C$ 800 córdobas para obtener ganancia, al final es una inversión que
ha realizado y debería tener una ganancia, no solo sacar sus costos de
producción. Se imaginan, deberían producir 51 quintales por manzana para salir
con las completas y recuperar la inversión. Imposible.
Si
ocurre lo del año anterior que vendieron hasta C$ 200 córdobas el quintal, nos
demuestra que están perdiendo C$ 7,400 córdobas por manzana producida. ¿Quién
protege a nuestros productores víctimas de los comerciantes? Nadie, porque
tenemos un mercado libre y esa son las contradicciones, ganancias para quienes
manejan en el mercado y no se joden para producir.
Este
año lo que ha ocurrido, es que con esa experiencia los productores decidieron
sembrar fríjol negro porque el precio es más estable, debido a que el mercado
de Venezuela ya tiene un valor establecido por cada quintal exportado, siendo
la producción de esta variedad que directamente influye en la producción y
precio del fríjol negro.
El
golpe también se lo llevaron los agricultores este año, creyendo que el precio
del fríjol negro estaría por encima del rojo, se dedicaron a producir, sin
imaginarse que al final también obtendrían menos precio en comparación con el
establecido en el año anterior que estuvo por encima de los C$ 800 córdoba y la
poca cosecha del rojo hizo que su precio incrementara hasta en C$ 1,500 mil
córdobas.
El
grito al cielo lo dieron pero ya no podían hacer nada, solo sus lamentos se
escucharon manifestando que mejor hubieran sembrado rojo y que el próximo año
no más fríjol negro para exportarle a nuestros hermanos bolivarianos de
Venezuela.
Si
en la próxima cosecha de Apante hay mayor cantidad de áreas establecidas de
fríjol rojo, los agricultores sufrirán el efecto del año anterior. Esa no es la
solución. Se requiere de un balance de producción de ambas variedades, con
políticas de estado que protejan a los agricultores, que las empresas u
organizaciones que se encargan de la comercialización sean más serias.
No
es posible que quienes se convierten en intermediarios de exportación de fríjol
negro, sigan engañando a los campesinos para que siembren fríjol negro,
haciéndoles creer que el precio siempre estará por encima del fríjol rojo y
cuando hay una buena producción como ocurrió este año, se olvidan de comprar el
producto con un precio establecido a través de convenios con cooperativas.
Los productores de Waslala y de otros municipios tuvieron que caer en las fauces de los comerciantes que pagaron hasta por debajo de C$ 700 córdobas cada quintal, aprovechando la sobre producción de fríjol negro que se dio en la cosecha Apante 2014.
Mientras una organización con imagen de federación de cooperativa, prefirió comprar el producto a los comerciantes a un precio más barato y no a los productores que tenían la esperanza de obtener más ganancias en sus ventas con los precios que se acordó al momento de recibir insumos y semilla para el establecimiento del cultivo.
Al
final, los precios de los fríjoles de consumo nacional seguirán dependiendo de
la cosecha del fríjol negro, mientras no haya incentivo de parte del estado
para diversificar la producción y mejorar los canales de comercialización para
que se pague un precio por los productos que salen de los campos de producción
de este país.
*Periodista, Ingeniero Agrónomo y agricultor residente en Waslala.
Está raro ésto, porque hace varios años, no estábamos produciendo frijol negro y el precio del frijol rojo también subió a 25 córdobas la libra; en ese entonces se decía que los salvadoreños se habían llevado una buena cantidad, de tal manera que había quedado poco para el consumo nacional. También encuentro raro que ENABAS no tenga suficiente frijol para abastecimiento interno y porqué está vendiendo el frijol rojo a un precio exorbitante, 16 córdobas la libra.
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