Iván Uriarte, en el encuentro.
Discurso de bienvenida al VIII Encuentro de Poetas y Escritores del
Norte dedicado a Iván Uriarte.
Sergio Simpson
Buen
día, gracias por venir.
Años
atrás- les confieso mi niñez -, en una casa de paredes orladas con libreros,
Managua de los años sesenta, la vieja
Managua como la nombran ahora, yo vivía al noreste del parque Central y la
Escuela de Bellas Artes, me cruzaba el parque y entraba al recinto fundado por
el maestro Peñalba, cuyos discípulos
salían con caballetes a dibujar y pintar el escenario circundante a la
Plaza de la República.
En
mi transitar por la avenida Bolívar me asomo por las rendijas de la puerta de
café La India, escucho y observo a los artistas plásticos fusionados con
escribanos. Presencio esa imagen de creadores. Sin imaginar que posteriormente
coincidiría muchas veces con algunos o varios de ellos, como en este momento.
Oí
referencias a un grupo de poetas llamados la Generación Traicionada. Atrajo mi
curiosidad. En ese entonces, en mi entorno infantil, escucho que las traiciones
son parte de esta humanidad, de esta sociedad,
referida a la política. Escucho de la traición a Sandino, de la traición
a Darío y la manipulación de ambos personajes y sus obras.
Luego,
adolescente, comprobé que impera la traición en la mayoría de los actos, es una
actitud de miles de personas, de la cual ni los escritores se encuentran
inmunes, pero algunas veces impunes cuando son la partícula mano y cerebro de
quien financia alegorías.
Mis
recuerdos devienen porque la Junta Directiva del Grupo de Intelectuales de
Matagalpa me asignó referirme a Iván Uriarte, uno de aquellos personajes de la
Generación Traicionada, con más de medio siglo de crear literatura, exponiendo
magistralmente sus conocimientos, facilitando el crecimiento intelectual,
promoviendo una nueva cultura: antítesis de la mediocridad y el sometimiento.
Marchado
del norte, de estas montañas de nebliselva, quebradas cristalinas, flora y
fauna - que destruyen los insensatos por acción, complicidad o indiferencia -,
tortilla al comal - que la modernidad margina -, güirilas infaltables todavía
degustadas aunque cocinadas encima de lata y bajo fuego de butano, Iván en sus escritos recuerda, perenniza, con
supremacía meritoria atado al cordón umbilical.
Este
jinotegano, a quien hoy le dedicamos nuestro encuentro anual, en 1970 viaja a
Europa, radica en Francia, ese país referencia de la genialidad donde convergen
lumbreras, recibe cursos con un teórico francés de literatura y poética, uno de
los creadores de la narratología; también estudia historia de América con uno
de los más prestigiados exponente de la historiografía económica del siglo XX.
Tuvo Iván Uriarte dos brillantes guías que nosotros deberíamos estudiar, y
estudiarlo a él que se convierte en mentor, uno de los más espléndidos del
país. Y para exacerbar la territorialidad, un norteño que sin duda, por
vergüenza, al menos tratemos de emular.
Nuestro
grupito de Matagalpa, llamado de intelectuales por su fundador, el maestro
Douglas Stuart, continua aglutinando, promoviendo, abriendo espacio para que
sean reconocidos y estudiados aquí, en su tierra, colocar en agenda del país a creadores
de la zona norte central, y vagar sin frontera, al menos por internet.
Padecemos
limitaciones cuantitativas, cualitativas, gerenciales, conceptuales, sociales,
con la visualización del arte como mercancía en oferta, pero el arte por sí
mismo vale lo que su calidad, el consumidor debe saberlo, y nosotros también,
con base en ese principio ineludible creceremos en todos los ámbitos. Recordemos
que aquí hay historia, no sólo en el Pacífico de Nicaragua.
El
aporte de cada uno a la resultante del pensamiento debe trascender. La gente
norteña almacena riqueza y materia prima, y uno de nuestros anhelos es que
salgan… a mostrarse, no como producto en combo, sino como expresión vívida de
una sociedad que preserva su cultura ancestral, aún con la masacre proveniente
desde la colonización.
Resistencia
indígena de 1602 en
Sébaco, sublevaciones e insurrección a finales del siglo XIX en esta ciudad,
así como las contiendas en Palacagüina, Yalagüina, Telpaneca, Mozonte, Ocotal,
Wiwilí, Bocay, en todo el territorio Ulúa, en diferentes épocas guerras
nacionales, y aún no ha fallecido el deseo libertario de sus habitantes
originarios, el reconocimiento a sus derechos.
Este
grupo matagalpa no ha quedado en el localismo reducido, tratamos de avanzar,
quienes estamos aquí, que somos los mesmos norteños y norteñas, representamos
una muestra de lo que aquí se produce literariamente.
Hay
material que pulir, voluntad, motivación para compartir valiosas calidades, y también
muchas exigencias, lo demuestra este homenaje a Iván, quien nos reúne y
califica con rigor necesario.
Tenemos
resultados de las exigencias de Iván para consigo, imagínenlo durante cuatro
años siendo Lector latinoamericano en una universidad fundada en 1635 por un príncipe francés; y
luego graduado doctor en Literatura Hispanoamericana, en universidad de Estados
Unidos. Dos mundos, tres visiones, la de eruditos de cada uno de los dos
continentes, y la del montañez del territorio antaño anegado por la niebla que ahora
se arrala en un país desmejorado.
Por
eso vemos a Iván docente de varias universidades en Nicaragua, incluyendo el Taller
de escritura creativa que durante más de una década dirigió luego de
fundarlo con universitarios, la maestría sobre Literatura Centroamericana y
de Hispanoamérica que coordinó y ha sido la única impartida en la universidad
de jesuitas. También lo vemos a Iván en Madrid estudiando académicamente Don
Quijote, invitado en la Feria del Libro en Barcelona, exponiendo en el Coloquio Cervantino
Internacional, en Guanajuato.
Los
escritos de Iván deberían lucir en todas las bibliotecas, en exclusivo librero
destinado a norteños y norteñas y de foráneos que han escrito acerca del norte.
También debemos desenterrar libros y promoverlos, es otro producto de la zona
norte central que debemos divulgar.
En
estos encuentros anuales nos reconocemos, conversamos, creamos calidez en la
concavidad neurológica, algunos nos embriagamos de numen, ego, en ética
etílica, hablando de investigaciones y escritos, mostrándonos cual somos.
Encontrarnos
ha facilitado saber que, al menos, una docena de escritores está listo para
imprimir, y bastante sueña con aprovechar el máximo cerebral, conscientes de
crearse el vicio de constante aprender y gozar el rigor de la maravilla productiva.
Las
obras de quienes han venido a estos encuentros debe ser agrupada, y también de
quienes no han llegado por diversas razones. En esta zona se puede presentar
ante la sociedad norteña el reflejo de lo que es, mostrarla al país, al
extranjero, a nivel mundial.
Interioridad,
metafísica, surrealismo, soledad, erotismo, premonición, contundencia,
costumbrismo, más, más y más, pululan en los cerebros. Sin acercarme a crítico
literario, ni literato, sino como aficionado lector, encuentro materia,
información, y no adolecemos de cierta capacidad. Lo que no observo es
presencia como me agradaría, difundiéndose por decenas de rutas comunicadoras
sociales.
Me
pregunto: ¿cuánto se puede comunicar con las facilidades que la tecnología
provee? ¿cuáles medios utilizamos? ¿cuál es el presupuesto? ¿buscamos calidad o
cantidad? ¿pensar libre o sojuzgado? ¿encontrarse incluido o… excluido creando
propia inclusión? – sin ceder espacios que nos estrujen crecer.
Cuando
leemos o escuchamos a Iván, nos damos cuenta de la categoría del intelecto,
emisor de su ser libre explorador sin romper el cordón umbilical preservado en
el relicario de la casa, con tejas de barro y corredores con barandas de madera
preciosa. En esa casa vive su madre guardada en el cofre del cosmos y del cual Iván
es el cancerbero, tiene la llave que le brota de las manos cuando en sus
entrañas se le expande maternal infancia y llena cuartillas.
La
formación facilita descubrir, ingresar al origen de nuestra eclosión, plasmarla
con palabras, frases, oraciones, vivencia extraña o convivencia que desde las
alturas del pensamiento la disfrutamos, lo deduzco cuando sigo la ruta del
andariego Iván absorbiendo diferentes entornos asido él a su esencia.
Reitero
y aburro, la calidad debemos sacarla.
Debemos
publicar lo mejor, sino veamos los resultados de las exigencias cualificadas de
Iván: gana el Premio Nacional de Poesía Rubén Darío, el Premio de poesía María
Teresa Sánchez, por mencionar dos de sus galardones, pues no deseo leer las
decenas que ha recibido de manos de organizaciones de toda índole, es opcional
concursar, pero el resultado es válido.
Esta
dedicatoria a Iván, es resultado de afecto, del aprovechamiento de sus
conocimientos, motivación a nuestros andares, abriendo cada uno su propia
senda, colectivizándola para convertirla en portentosa fuerza que se encuentra,
no dormida, sino, para mi gusto, demasiado expectante cuando puede protagonizar
una propuesta de reflexión social.
Pensar…
pensar… pensar… escribir… escribir… escribir… borrar… borrar… borrar,
reconstruir, publicar el resultado de nuestro máximo empeño, lejos de las
ínfulas tradicionales que convierten en invisibles los estandartes que en esta
zona se yerguen desafiantes.
Muchos
de ustedes, sino todos, conocen a Iván, algunos participaron en talleres con él,
en este recinto, otros lo han escuchado en anteriores encuentros, conocemos su
temple cognoscitivo, labrando poesía, narrativa, ensayo, creando “desde una
óptica de reivindicación social y sátira política” como lo afirma en la
síntesis bio – bibliográfica que me proporcionó para que yo me atreviera a
lucubrar frente a ustedes, iniciando este VIII Encuentro de Poetas y Escritores
del Norte.
Se
lo dedicamos, a Iván:
Por
su calidad de poeta, narrador, y crítico literario,
extraordinaria
labor académica,
vocación
didáctica orientando técnicas de creación literaria.
Así
está escrito en la placa que recibe hoy.
Gracias
a ustedes por venir, juntarnos, para crecer y unificar solidez.
Gracias
a la dirección y personal de esta universidad de quienes somos amigos,
beneficiándonos con su respaldo.
Agradezco
a ustedes su paciencia.
*Sábado,
27 febrero 2016
Anfiteatro
Mariano Fiallos Gil
Recinto
Mariano Fiallos Gil
Facultad
Regional Multidiciplinaria - Matagalpa
Universidad
Nacional Autónoma de Nicaragua - Managua
Excelente, siente uno ganas de vivir auque sea en esos días de errores y aciertos, pero que hicieron de nosotros los que somos y somos tambien lo que quisimos ser. Iván es uno de esos que se asomó a esa ventana que nos dieron las circunstancias.
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