No me extraña que algunas personas imaginen el tema medios de
comunicación sólo debe interesar a quienes trabajan en ellos o son
propietarios; sin embargo el vínculo de los medios de comunicación con la
sociedad es permanente, y debe importarnos porque influye en nuestra
personalidad, las relaciones humanas, y la valoración y diseño del entorno.
Guillermo Rothschuh me solicitó, creándome conflicto mental, que en esta
universidad -sin ser académico ni pretender- comente su reciente libro: Medios
y Poder en Nicaragua; inmediato pensé en la relación entre mercadeo,
comunicación, ideología, cultura. El maestro aborda esos elementos y otros,
como la censura y el duopolio, con base en la legislación.
Cuando se habla de poder, generalmente lo asociamos al poder político
militar, pero hay que incluir el poder económico y el poder mediático, y esta
obra nos ilustra cómo se han ido unificando, fortaleciendo, esos tres elementos
en uno sólo con el propósito de incidir y dominar las conciencias, invertir
capital y ganar al máximo, y los señores que tejen esos hilos situarse en la
cúspide de la impunidad, del ilícito, y el control absoluto.
Afortunadamente algunos medios de comunicación y comunicadores (muy
pocos para mis aspiraciones) aún mantienen relativa independencia de esos
poderes; y digo relativa porque la independencia de un comunicador nada más es
cierta cuando no está sujeta a contratos, a orientaciones censuradoras del
superior, ni sometido su razonamiento, sino que abre su mente a recibir
múltiples visiones, sin prejuicios ni temores.
Guillermo nos revela cómo han ido perdiendo esa relativa autonomía, cómo
el mercadeo publicitario del Estado es utilizado para premiar o castigar.
La empresa privada no está exenta de esa concepción, he conocido a
quienes se anuncian en un medio de comunicación o contratan al periodista sólo
si coinciden políticamente; hay quienes no se anuncian en un medio si es
crítico del gobierno, temen represalias fiscales o anulación de licencia
comercial.
Esas actitudes son graves para la libertad de empresa y libertad de
prensa, y es más grave que periodistas no valoren su oferta comercial, ni la
calidad de su trabajo, y acepten limosnas, regalos, invitaciones etílicas y
culinarias.
Particularmente me incomoda que en este gremio haya tanta pobreza
económica y conceptual (pocos obtienen ingresos adecuados), y demasiada falta
de ética.
Como bien lo explica Guillermo, y me atrevo afirmando que lo explica
bien, el periodismo sigue siendo una profesión peligrosa y escribe ejemplos de
la represión física y económica, amenazas y golpes, situación que no sólo
afecta al periodismo, sino la libertad de expresión de la sociedad.
Guillermo, también nos ilustra del control mediático por parte de la
familia presidencial y su socio extranjero quien recibió licencia violando la
ley y así opera varios canales de televisión y radio emisoras. Evidencia lo que
vemos: canales de televisión, estaciones radiales, impresos, al servicio de los
intereses partidarios económicos del gobernante y socios.
Dicen algunos que la censura no se aplica como antaño, con cierres o
multas a los medios de comunicación y comunicadores, ahora puede parecer sutil,
pero igualmente efectiva, sin descartar el cierre total, como ha sucedido a
varios.
En este país el gobierno ha cerrado varios medios de comunicación
radiofónicos y canales de televisión por cable, y ciertas empresas privadas,
las mas grandes anunciantes, han contribuido al negarse a pautar en medios que
tratan de ser independientes de cualquier tipo de injerencia foránea.
Se refiere al espionaje electrónico de la oficina de seguridad, y a la
conducta de funcionarios administrando en secreto las cuentas aun cuando hay
una ley de acceso a la información pública.
Esta obra nos ayuda a conocer significado y función de los medios de
comunicación, nuestra relación con ellos y los efectos que nos causan o
defectos que nos inculcan, o los conceptos y personalidades que nos construyen,
Guillermo la escribe hilvanando ejes, concatenando diversas expresiones
mensajeras.
La evolución tecnológica y su incidencia en el desplace de códigos
tradicionales, de nacimiento de conductas y gustos, novedosos unos y
reiterativos otros, expuestos públicamente en las redes sociales.
El aparato que andan en la mano casi las veinticuatro horas, con el cual
conversan hasta que la oreja no aguanta lo caliente, o los dedos les duelen, o
se consumen el saldo, sobre ese tema leemos y comprendemos las transformaciones
que la humanidad atraviesa.
Leyendo esta obra conocemos cuánta calidad se pierde y cuan pocos medios
de comunicación y periodistas ejercen libres y éticos, y cuánta chatarra
transmiten con antivalores que se convierten en valores, en modelo a imitar
para ser aceptado en el tinglado social.
Nos damos cuenta que, en Nicaragua, los periodistas y las periodistas
críticos al sistema están presionados financiera y síquicamente; los medios de
comunicación desaparecen si no se consagran, y si no fracasan mantienen baja
clientela y limitaciones de toda índole en su desempeño. Quienes alcanzan
“éxito” son los voceros del sistema, capaces en la estructuración de un modelo
de relaciones humanas en el sometimiento.
Los medios de comunicación son parte en el vínculo comercial, viven de
ofertar servicios publicitarios, marcas y anuncios; y las personas que laboran
en ellos, igualmente, se relacionan con marcas y bogas, en calles y oficinas.
Este libro nos brinda el análisis cultural, la expresión interna y externa en
el surgimiento y asentamiento de lo novedoso, de lo último en tecnología, y las
ideas predominantes.
Afirma, Guillermo: “Desde hace mas de dos décadas asistimos a la
creación de un nuevo entorno económico, social, político, cultural y educativo.
Viejas maneras y conceptos para explicar el mundo entraron en crisis. Las
formas de intervención política, diplomática, militar y cultural experimentaron
un giro sustantivo, teniendo como pivote a los medios de comunicación…” (Página
141.)
No voy a referirme a esos viejos estilos y conceptos en crisis que
Guillermo observa, yo inmediato la vinculo a otro ciclo de la especie humana en
su metamorfosis. Pero no continuaré refiriéndome a ese tema, demasiado largo, y
no es el propósito de esta presentación.
Este libro nos facilita compartir reflexiones, saber donde nos dirigimos
como piezas en la operación de inversiones financieras, como profesionales, en
un sistema cuya finalidad es asignar una función a cada ser humano: obedecer.
Recordé vieja lucha de la humanidad: Libertad de pensar y escribir,
fluyendo la diversidad de pensamientos y actitudes, cumpliendo con rigor normas
de la convivencia en un estado de derecho.
Recordé a cronistas que Guillermo enaltece, la calidad de ellos en la
escritura producto del estudio, de la investigación: observando, escuchando,
anotando; llenando y borrando páginas, pensando en cómo describir sucesos en la
historia que reflejen nuestra sociedad.
Recordé el historial de radioemisoras, periódicos, televisoras; las
diferentes épocas de censuras, agresiones físicas, amenazas, pobreza que ha
vivido, en su mayoría, el gremio; y sus proezas en el medio de la batalla
política de tradición bélica y corrupta.
Recordé la lucha gremial del periodismo y sus divisiones políticas y
conceptuales, la ausencia de organización y mínimas capacidades gerenciales en
un mercado donde la mercancía no es el anuncio publicitario sino el comunicador
que oferta su trabajo.
Recordé que el ejercicio ético de la profesión es sustancial en la lucha
por la libertad de prensa y expresión, y por la dignidad.
Este libro, como los otros de Guillermo, nos ayuda a conocer,
reflexionar, y probablemente a concebir más placentera la comunicación social,
a comunicarnos con decencia y argumento, a respetar la diversidad de
cosmovisiones, a ser mejores en la construcción de una sociedad pensante y en
consecuencia: justa.
A ustedes, estudiantes de ciencias comerciales, adquiriendo
conocimientos y destrezas en la oferta de mercancía, esta obra les contribuirá
sustancialmente al análisis de los códigos enviados y los resultados que
esperan, no sólo monetarios también culturales.
Hablando de cultura, leo a Guillermo refiriéndose a la nota roja y
agarro el control remoto, veo la transmisión de canales de televisión llenos de
sangre; sintonizo la radio y escucho mensajes deplorables en noticiero de mayor
audiencia. Estereotipan al nicaragüense pobre, transfieren conceptos y
conductas cimentando relaciones humanas detestables; aun cuando muchos adinerados
no son diferentes.
Estos comentarios nos muestran, a comunicadoras y comunicadores, las
deferencias que utilizamos notificando, la labor que realizamos llegando al
imaginario de la sociedad, nos indican que contribuimos a crear una sociedad
con base en nuestra concepción o podemos facilitar superiores relaciones
humanas utilizando los medios de comunicación social.
Al finalizar doscientas cincuenta y tres páginas, está clara la relación
entre medios y el poder en Nicaragua, y me hace lucubrar la vivencia entre el
miedo y el poder.
Gracias, por escuchar mis lucubraciones.
Gracias, Guillermo por tercera vez invitarme a presentarte a vos y tu
obra y crearme conflicto.
*Sergio Simpson.
Director - Centro de Comunicación y Estudios Sociales (CESOS)
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