miércoles, 17 de abril de 2019

Nicaragua: Un año terrible… y esperanzador


Ha transcurrido un año desde abril 2018. Meses de violencia gubernamental reprimiendo a nicaragüenses inconformes desafiando al matrimonio en la presidencia. Tiempo de sufrimiento intenso, devastador. También época de pujanza para construir un país en donde haya democracia y superar la tradición dictatorial.

Miles en desvelo, gente en vilo. En las calles, unos a favor del gobierno disparando fusiles de guerra, otros defendiéndose con piedras y morteros o con el pecho descubierto nada más gritando consignas rebeldes, pocos sublevados optaron por armas de fuego.

Daniel Ortega, formado en el modelo militar dictatorial que se dice de izquierda, con 39 años ejerciendo influencia política en el país no varió su concepto bélico. Más bien, al retornar al gobierno (2007) otra vez implementó acciones autoritarias. Hasta danielistas huyeron del país.

Al mismo tiempo, la corrupción creció vertiginosamente, en el FSLN implementaron el método de reclutamiento de militantes por medio de recompensas económicos, unos con más y otros con menos cuantías según el precio de cada cual. El malestar en esa organización no trascendió públicamente, continúa clandestino conspirando entre sus bases, aumentado debido a las decisiones del último año.

Campesinos y obreros, mineros y cañeros, estudiantes, resistieron represalia cuando se manifestaban cívicamente protestando por una decisión gubernamental o empresarial que los afectaba directamente, o demandando sus derechos ciudadanos. Obispos y sacerdotes católicos violentados por seguir los pasos del obispo Valdivieso a favor de los oprimidos.

En esas circunstancias, el Movimiento Cívico 19 de Abril surge del conglomerado de jóvenes, en su mayoría universitarios, que se opusieron al decreto que afectaba las pensiones para jubilados. Se aglutinaron para defenderse de la acción implacable ordenada por la familia gobernante.

La mayoría de esos jóvenes estudiantes universitarios eran militantes del FSLN según declaraba la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) ante un supuesto respaldo absoluto de la juventud para con la pareja Ortega Murillo. Los resultados denotaron que era falsa la afirmación.

Fuerzas de choque y paramilitares del FSLN, policía y ejército, Corte Suprema de Justicia, Asamblea Nacional, Ministerio de Salud, alcaldías, el Estado Nacional a disposición del Ejecutivo, respondiendo al partido para aplastar lo que llamaron “golpe de estado” y “terrorismo”.

Periodistas amenazados, golpeados, heridos, robados, encarcelados. Con el peligro de ser sentenciados a muerte por divulgar los hechos o emitir el criterio editorial del medio de comunicación en relación con la sublevación cívica. Sin embargo, el temor no minimizó la valentía y compromiso de comunicadores éticos, aquellos que no dependen de contratos empresariales o partidarios. Otros periodistas “fueron vivos” aprovecharon y negociaron ganancias con el gobierno u opositores.

La opinión pública alcanzó niveles superiores a la vulgaridad permitida en una sociedad malhablada. Amistades y familiares enfrascados en bocaterías, más división de la sociedad, más exiliados rompiendo o llorando nexos emocionales al marcharse, y ciertos gustosos prestos a distanciarse de esta barbarie y comerciar sus habilidades en el extranjero.

La pobreza y desempleo son insoportables, inmoral ver a corruptos repulsivos luciendo brillantes, gozando el gobernar, ordenando y aplaudiendo la matanza, salvaguardando sus cuentas bancarias y bienes raíces. En su máximo expresión la miseria humana: conceptual y económica.

Sin embargo, aun con millones de lágrimas fluidas, este año fue productivo debido a la definición de la frontera entre el pasado dictatorial nica -la etapa poscolonial- y el futuro en proceso de construir un sistema democrático que nos permita y facilite enriquecernos intelectual y económicamente.

Nicaragua necesita gobernante que aumente el presupuesto para educación y tecnología, así dejar de ser una sociedad de servicio cobrando barato, casi limosneando. Criar y crear seres educados, respetuosos, con conocimientos que les facilite conversación útil, profesionales capaces de diseñar el funcionamiento de una burocracia eficiente y honrada.

La nueva generación detesta al caudillismo. No le gusta solicitar un “aval político” en la casa del FSLN para aplicar a un trabajo estatal o municipal. El joven valora su preparación académica, y espera firmar contrato por su profesionalismo.

Conmueve la cantidad de sufrimiento, tanta opresión en el pecho y asfixia. Empero es alentadora la solidaridad entre nicas, vitaliza la lucha, los riesgos, el peligro. Nicas envían remesas, de sus salarios, de su trabajo arduo, comparten para la lucha libertaria. Anhelan su retiro en el bello terruño con una sociedad democrática.

Estremecidos al observar abuelas, madres, esposas, hijas, padres, hermanos, novias, parejas, nicaragüenses todos vejados implorando saber de sus muertos o heridos o prisioneros o desparecidos. Y una parte pro-gobierno culpando… culpando y culpando a otros… y no conciben ni perciben cuan decadente se encuentra Nicaragua debido al sistema político.

Jueves 18 abril 2019


Nota: La foto es de Radio Vos.

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