jueves, 4 de abril de 2019

Valentía cívica y amenaza militar



Quince policías empuñando armas de guerra a la altura del pecho, vistiendo uniforme azul oscuro, tan oscuro que recuerdo la película Los Ninjas asesinos; siete policías luciendo camisa celeste y pantalón azul; unos diez paramilitares, con armas cortas de fuego escondidas en su cintura, asechando.

El sábado 30 de marzo, el Movimiento Cívico 19 de Abril convocó a una Sentada, rápido en las afueras de catedral, a las dos de la tarde. Llegué a la una y diez minutos, en un ambiente de 32 grados centígrados aproximadamente, y observé la escena descrita, en la acera frontal del Colegio Diocesano San Luis Gonzaga donde se desplegaron los armados, frente al templo.

Personas en vehículos y a pies transitan temerosas. Se alejan quienes pretendían participar en la demanda de libertad para presos y presas, la salida del gobierno, y la creación de un sistema democrático. Desconfían, evitan una posible golpiza o ser llevados a prisión.

En el parque Francisco Morazán, alrededor del quiosco, se realiza una feria comercial promovida por el gobierno, productores y empresarios pequeños ofertan comida nica y variedad de mercancías; en el bullicio pareciera un día normal, pero desde la esquina noroeste percibo la tensión; el oficialismo continúa llamando terroristas, vándalos, borrachos, drogadictos, a quienes se oponen a la corrupción y represión.

A las 2:28 un grupo de veinticinco personas, la mayoría mujeres, casi todas cubierto el rostro, por la puerta frontal de la iglesia sale cantando Nicaragua Nicaragüita. Gritan “No tenemos miedo… no tenemos miedo” “Libertad para los presos políticos” “Si este no es el pueblo… el pueblo dónde está… el pueblo está en la calle demandando libertad”, agitan banderas azul y blanco.

Caminan dirigiéndose hacia la izquierda, bajan las gradas y se sientan en la esquina suroeste, en la Plaza Juan Pablo Segundo. Paramilitares se acercan filmando con celulares, otros rondan el edificio, varios policías hacen la v con los dedos, que no es la v de la victoria, sino la señal del FSLN para indicar que estás con ese partido, en la electoral casilla dos, y con DOS: Daniel Ortega Saavedra.

Minutos tirantes, en cualquier momento paramilitares o policías pueden disolver al grupo atacando con golpes y culatazos, pueden encarcelarlo, y hasta podrían disparar, ese ha sido el proceder gubernamental. Sin embargo, los manifestantes, sin morteros, ni garrotes, sólo gritando consignas desafían.

Luego que los participantes se retiran al interior de la iglesia, cuatro personas afines al gobierno entran, toman fotos con mal disimulo. Quienes están adentro los reconocen. Una señora que combatió contra la Guardia de Somoza cuenta: “En aquellos tiempos a “los orejas” (que eran los soplones ahora llamados sapos) los sandinistas los agarrábamos y ajusticiábamos, la diferencia ahora es que los chavalos y chavalas no quieren actuar así.”

Desde el 11 de agosto del 2018, cuando paramilitares del gobierno dispararon en la calle frente a la alcaldía, los ciudadanos reclamantes no habían organizado protesta grupal, hasta que los pasados sábado 16, 23, y 30 de marzo se autoconvocaron en catedral para expresarse veloz.

Ese grupo venció al terror, no los amedrentan ni los golpes, ni las balas, ni la cárcel. Declararon seguir firmes en sus demandas, siendo prioridad la liberación de prisioneros políticos.

Para mí fue incómodo trabajar. Estaba alerta ante la posibilidad de que algún simpatizante del gobierno pretendiera arrebatarme mi cuaderno de anotaciones o amenazarme porque escribo crónicas. Pensar y escribir sigue siendo peligroso.

Lunes 1 de abril 2019 – 10:46 a.m.
Matagalpa


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