Un grupo de
militantes del FSLN pretende presionar para que inicien un proceso de reflexión
política, analizando las consecuencias de la concepción y actos ordenados por
sus líderes. La obediencia al matrimonio presidencial ha dificultado o más bien
negado a las personas pensar por sí mismas, justifican todo sin voluntad
autocrítica.
La rebeldía de
abril es producto del descontento social con el sistema político nacional,
también es consecuencia del proceder de Daniel Ortega desde que retornó a la
presidencia (2007) sin evolucionar, su método obsoleto para gobernar lo llevó a
la ruina. Saldrá aborrecido por la mayoría de nicaragüenses y una buena
cantidad de habitantes de la Tierra.
Sin embargo, un
sector de esta sociedad -aunque minoría- sigue pensando en la docilidad ante el
jefe, la disciplina para repetir las consignas, y la violencia contra quienes
se atreven a cuestionar o desafiar aplicaciones de una política impositiva,
represiva, excluyente, despiadada.
En la década de
1980, Daniel Ortega fue corresponsable del conflicto bélico en el país, regresa
a gobernar y sigue en el mismo empeño dictatorial, ahora acompañado de su
señora quien elaboró un discurso metafísico con aplicaciones fascistas.
A quienes los
alaban le han hecho creer que Daniel y Rosario “son infalibles”, guías
similares al personaje cristiano Moisés liberador de judíos, “pareja de
iluminados” que harán de Nicaragua “la tierra prometida”, “el paraíso” de la
abundancia, una sociedad de “amor, luz y hermandad”.
Pero, las
órdenes para subyugar superaron los límites permitidos para disolver
manifestaciones del pueblo. Más de 300 muertos, dos mil heridos, y 600
prisioneros políticos. Por esa razón, a viejos militantes del FSLN les urge
conversar acerca de esos resultados de la gestión presidencial.
No es cierto que
el país se encuentre normal, como tampoco lo es que antes de abril estaba muy
bien. El malestar se fue acumulando ante las imposiciones partidarias del
gobierno, la corrupción, el nepotismo, y la miseria económica.
Aumentó en el
último año el desprecio que sentía hacia Ortega una parte de la sociedad
nicaragüense, y eso lo saben algunos pensantes que le rodean o los empleados
estatales y municipales. Pero la propaganda de masa debe reflejar lo contrario,
hacerles creer que saldrán victoriosos vitoreando a Daniel y Rosario.
Sin embargo, no
se puede ocultar el serio conflicto en el cual se metieron los Ortega Murillo y
sus socios veneradores, trascendió las fronteras, unió en su contra a gobiernos
de América y Europa que condenan violación a derechos humanos, que como bien dice
un amigo campesino “los tienen bien espueliados” acusándolos también de cometer
delitos económicos.
Habrá quienes se
queden con Ortega Murillo, leales y socios, hasta las últimas consecuencias,
actitud comprensible debido a que han crecido económicamente, pero otros
presionarán para un cambio en la conducción del FSLN.
Unos dirán que
se basan en los principios del sandinismo, antimperialista, representando a los
pobres, contra la burguesía oligárquica, y otros argumentarán que la nueva
burguesía oligarca es la dirigencia del FSLN, por tanto, no representan los
intereses de los pobres, someten a la clase trabajadora como cualquier dictadura.
Los sindicatos
se encuentran neutralizados, responden a las órdenes del jefe político del
partido; obreros cañeros, mineros y de las maquilas, maestros y campesinos,
estudiantes y profesionales, medianos y pequeños empresarios, han sido
avasallados por el Estado.
La gente huye de
Nicaragua, no existe democracia, se viven tiempos de temor, angustia, odio,
violencia, desesperanza. La sociedad convulsiona, se genera la rebeldía, y a
cualquier costo se “sacude el yugo” arriesgando la vida.
El cambio hacia
un sistema de justicia social es ineludible. La mayoría está harta de tanta
miseria humana y mediocridad; alguna gente del FSLN lo sabe muy bien y en
reacción tardía “tratará de evitar el hundimiento del partido”, otros romperán
su vínculo emocional y decidirán mejor no comprometerse en la defensa de
líderes desprestigiados sujetos a juicios en una corte internacional.
Miércoles 27
marzo 2019
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