EN NICARAGUA LA COOPERACIÓN EXTERNA

Algunos cooperantes con Nicaragua, no vinculantes al escrito.

Buena parte de la comunidad internacional se ocupa de Nicaragua, en los foros desaprueban al gobierno e informan que comete delitos de lesa humanidad, actos de corrupción administrativa, y narcotráfico. Nuevamente la solidaridad internacional con el pueblo nica.

Pero, me llama la atención que poco o casi nada se investiga o publica acerca de las metodologías, políticas, proyectos y programas financiados por otros países en contribución con la sociedad y Estado de Nicaragua.

Supongo, que ciertos donantes temen reconocer públicamente que los miles de millones de dólares y euros invertidos en casi medio siglo no han resultado con indicadores satisfactorios. Continúa la dictadura y la pobreza mayoritaria, pero la infraestructura vertical y horizontal ha crecido como muestra de progreso.

A pesar del proclamado éxito macroeconómico nacional, aprobado por la diplomacia radicada acá, en 2018 arranca otro intento de crear un sistema democrático, como se creyó en 1893, 1979 o 1990. La gente, la mayoría, está hastiada del modelo político económico social.

La cooperación externa ha sabido de irregularidades en la administración del dinero, y reacciona condescendiente considerando la corrupción propia de una cultura que está en proceso de erradicarse, aun cuando la represión prevalece.

En teoría, correspondiente a los ejes requeridos para firmar convenio, la honradez es el principio hacia el desarrollo humano, sin embargo se es flexible según las lecturas y conveniencias. Así cerraron los ojos a pruebas de apropiación y administración de millones de billetes. No hubo justicia.

En nombre de la miseria del pueblo nicaragüense un grupo o varios grupos de receptores se han embolsado cantidades considerables que debiesen haber ido directo a los beneficiarios, a éstos que siquiera se les debería calificar así.

¡Beneficiarios!, es la concepción de ayuda al pobre a que sobrelleve su miseria y no a que la supere con su dedicación y sabiduría; ahora, como el gobierno de Nicaragua, les catalogan protagonistas a quienes reciben dádivas.

Especialistas en cooperación internacional, en su mayoría, desconocieron o no ahondaron en las costumbres, tampoco en esas particularidades hábiles que están ahí en el anhelo de lograr el propósito, las que deben motivarse a crecer, y el aprovechamiento efectivo del entorno, sin destruirlo.

Las relaciones sociales entre nicaragüenses son muy personales, son íntimas en la confianza de secretos, recelosas de extraños, y fuertes en su deseo de mejorar económicamente. Hay potencial todavía para salir del atraso, de la costumbre del pedigüeño.

Aun cuando los indicadores de resultados generales no sean óptimos en correspondencia con el tiempo y los miles de millones desembolsados, es irreversible la creación del Estado democrático, la aplicación de justicia para evitar impunidad, dejar atrás la valoración que un delincuente de corbata o chaqueta es ser superior destinado a gobernar y robar.

La cooperación internacional también deberá crear un nuevo protocolo, adecuado a las circunstancias actuales en esta etapa de transición. Algunos aplicantes deberán cambiar su percepción de ver nada más a primates y rufianes, objetos de estudio, y en nombre de ellos firmar propuestas inviables.

El potencial humano y geográfico es grandioso en Nicaragua, gran parte de este pueblo es capaz de trabajar, producir, y darse sus gustos, quiere paz, sin dictadura, sin represión, con justicia. El financiamiento debe llegar a quien lo multiplicará, honrará su compromiso en la transformación cultural, practicará la horizontalidad y la eficiencia, transparente en la administración.

Miércoles 14 abril 2021