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Anastasio Somoza Debayle y Daniel Ortega Saavedra. |
Cuando gobernaba la dinastía Somoza (1936-1979), Nicaragua fue creciendo económicamente, elogiaban al general Anastasio Somoza García, llamado pacificador luego de la intervención de tropas militares de Estados Unidos a las que combatió el general Augusto C. Sandino (1928-1932), quien fue asesinado por Somoza y la Guardia Nacional en 1934.
El general, conocido como Tacho, obtuvo respaldo de la clase política liberal y conservadora, pactaron con él y recibieron beneficios, a ese general le decían el constructor, bajo su mandato modernizó Managua tras el terremoto de 1931, creció la producción en el campo después de la guerra, abrió caminos y mejoró carreteras, puertos y transporte acompañaron al progreso.
Somoza ocupaba dos cargos en el Estado, era jefe del ejército y presidente de la república. Tras su muerte (1956), el hijo Luis Somoza Debayle le sucedió en la presidencia de la república y en la jefatura de la Guardia Nacional su hijo Anastasio Somoza Debayle.
En los años sesenta y setenta del siglo pasado, la economía nicaragüense la consideraban estable y boyante, con programas internacionales financiando proyectos y banca mundial concediendo créditos. La clase media con cierta comodidad y consumo, los grandes empresarios felices, los obreros pagando bajas cuotas y a largo plazo adquirieron viviendas en colonias.
La oposición política a los Somoza no tenía el gran respaldo popular, aun cuando grupos de conservadores incursionaron en la guerrilla, denunciaron crímenes y torturas que cometían los soldados, la corrupción del régimen y sus allegados, y fraudes electorales.
Los del Frente Sandinista sostuvieron la guerrilla (1961-1979), asaltaron bancos y negocios para financiarse, huían del país y retornaban, morían en combate y asesinaban a somocistas, no eran ni cincuenta cuando iniciaron.
El FSLN recibía manutención de Fidel Castro y donaciones económicas de organizaciones consideradas terroristas; cuando la dictadura somocista era repudiada internacionalmente (finales de 1978) algunos presidentes demócratas les regalaron armas y dinero para que hicieran la guerra, Costa Rica le permitió crear campos de entrenamiento militar y base para incursionar a Nicaragua.
Cuarenta y cinco años se mantuvo en el poder la familia Somoza, era muy querida por un gran sector de la población hasta que la represión excesiva, la prisión, tortura y matanza de civiles rebeldes fue insoportable.
Era tan querida la familia Somoza que a nicas no les importaba que fuesen dictadores, aún existen personas que la añoran, y algunas de esas ahora idolatran y son fieles a la nueva familia presidencial.
Todavía nicaragüenses reverencian a opresores que muestran los mismos o peores estilos y vicios que aquellos, y también los llaman constructores del desarrollo.
Miércoles 10 marzo 2021
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