Foto tomada de internet.
El presidente Daniel Ortega continúa reprimiendo a quienes no están de acuerdo con los resultados de sus funciones administrativas y políticas en el país, utilizando las fuerzas armadas, grupos paramilitares y juveniles de choque callejero.
El reciente acto
evidencia descaro del poder omnímodo: impedir que un grupo de personas rindiera
homenaje a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, periodista mártir de las
libertades públicas y héroe nacional, el sábado 10 de enero, cuando
cumplía 36 años de haber sido asesinado por la dictadura somocista.
El propietario y
director del diario La Prensa, igual que centenares de nicaragüenses fue
apresado, torturado, exiliado, asesinado, por oponerse a actuaciones similares
a las que en la actualidad vive el país, gobernado por Ortega y su esposa
Rosario Murillo.
La dictadura
somocista envió a la Guardia Nacional a desalojar de sus tierras a campesinos y
favorecerse a sí mismo, sus serviles y aliados terratenientes. La primera
masacre del somocismo fue contra cooperativistas de insurgentes miembros del
Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, luego del asesinato del
general Augusto C. Sandino después de haber firmado la paz.
En navidad pasada,
el matrimonio presidencial, envió fuerzas especiales de la policía y
apalearon, apresaron, torturaron, secuestraron, a quienes demandan el
respeto a su propiedad rural en la zona del río El Tule, en la rivera este del
Lago Cocibolca, por donde habían anunciado pasaría la ruta del Gran Canal de
Nicaragua.
Hace poco, recibió
un balazo un motociclista de un conjunto que protestaba demandando ajustes a la
Ley de Tránsito, algunos presumen que disparó otro motociclista, del
grupo que envía Ortega en funciones paramilitares.
La familia Somoza,
además de la guardia, enviaba una caterva con garrotes, armas filosas y de
fuego, en contra de quienes se atrevían a protestar. Ortega, durante su
mandato, en los años ochenta, igual misión les ordenaba a quienes llamaban Las
Turbas Divinas de la Revolución. Su práctica no es novedosa, pero sigue
siendo detestable.
El involucramiento de trabajadores del estado
en manifestaciones de apoyo al señor presidente es otra actitud gubernamental
tradicional. La represión ahí consiste en la amenaza de perder el empleo
si no te afilias al partido, cumples los mandatos, y peor
si no
alabas al matrimonio presidencial.
Además el
trabajador es obligado a pagar la cuota mensual de filiación, y entregar
contribuciones económicas para financiar campañas que se le ocurran a la señora
Murillo, tal como hicieron para la compra de juguetes en navidad, que las
brigadas iban a entregar en nombre del “comandante Daniel y la compañera
Rosario”, mientras empleados resentían les quitaran dinero en navidad y
año nuevo.
Escriben tu nombre
en una Lista Negra si te opones a cumplir las directrices absurdas, en
el Frente Sandinista igual hay represión. Te declaran muerte civil y te
amenazan y te cierran los espacios. Ni los sandinistas se escapan del sistema
opresor. He visto varias personalidades del partido siendo víctimas, algunos
inconformes ante la ausencia de análisis y autocrítica y mucha rabia contra el
proceder de la cúpula enriquecida, autoritaria y excluyente.
Hay represión en
el interior del Frente Sandinista y el gobierno, y la aplican a ciudadanos que
presentan propuestas contra la miseria, la corrupción, el servilismo,
y a favor de la transparencia, la educación, y la dignidad humana
forjada con trabajo.
El modelo
implementado por Daniel y Rosario no es nuevo en Nicaragua, ha sido constante con leves oscilaciones, manteniéndose como parte de
nuestra cultura y hasta considerado por algunos como la esencia de nuestra
identidad.
Viendo el pasado,
ahora hay otro momento, vital para que esta generación rompa con esos patrones
de la cultura nacional, no hay más que tratar de que los compradores y
compradoras no compren todo lo que
a este sistema le beneficie, aunque usted se encuentre hambriento o con
ansiedades superfluas.
Urge establecer
relaciones de poder justas en la sociedad. Demandar respeto a nuestros
derechos. Pedir cuentas del uso del presupuesto nacional. Exigir
transparencia en los bisnes con dinero de la ciudadanía. Acceso a la
información contable del dinero de este pueblo empobrecido que es el menos
afortunado al carecer demasiado.
Cuando las
aspiraciones individuales predominan es imposible crear algo superior, ésta
trasciende cuando la actitud individual superior funciona para la sociedad, y no
existen rencillas primates, sino pensamientos y acciones afines relacionados
con un propósito de vida: bienestar colectivo.
Por bienestar
personal y social, por este país, no permitamos sigan reprimiendo,
quitándonos la libertad de vivir superior, salir de la miseria histórica,
gozar derechos, ser gente, ser persona, no un objeto, una pieza en las manos de
políticos corruptos.
Nicaragua tiene
rutas: o mayoritariamente la sociedad ingresa al sistema para no ser
reprimida y gozar lo que le pueda sacar según su habilidad, o la rebeldía
incrementa, como en otras épocas de guerra nacional, o partimos de una
vez el cordón umbilical que no nos deja crecer y estructuremos el modelo
horizontal con oscilaciones manejables con armonía.
Lunes 12 enero 2015
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