Es
cierto: Personas veneran al matrimonio Ortega Murillo, son fanáticos capaces de
ofender, golpear, robar, asesinar a quienes desaprueban sus conceptos y actos.
Se autoproclaman militantes leales, combatientes feroces.
Escucho
su boca soez gritar, observo la mirada dañina constando odio y el cuerpo en
posición de atacar. Unos más letrados que otros fundidos en el mismo afán:
Imponerse ante los demás, como mamíferos cazadores, en gavilla embestir a la
presa.
Son
los pobres y empleados menores quienes actúan en las calles, los adinerados y
altos funcionarios se encargan de las finanzas y azuzar de lejos, no arriesgan
la vida en las pendencias, y uno que otro que se atreve si se acerca el peligro
huye en desbandada.
El
descontento está ahí, los pobres asechando para recibir un salario menor,
mientras los directivos con su buena vida de lujos y consumo exquisito,
viajando al extranjero cargados de dólares, sus hijos estudiando en otros
países o nombrados en grandes cargos.
El
discurso contra la burguesía, contra la derecha, es contradictorio, genera
malestar cuando se toma conciencia que los burgueses de derecha están en el
partido rojinegro, cuya nostalgia de izquierda se volvió obsoleta entre
soñadores del pasado.
En
el presente militan corruptos, personas que se vanaglorian de fructíferas
ganancias y éxito debido a su influencia en el Estado, también mercenarias que
deambulan en las esferas de los negocios vendiendo su servidumbre a todo aquel
que gobierna.
Nuevos
advenedizos al FSLN, que antes incidieron para eliminar o mataron a
sandinistas, ahora rodean a la familia Ortega Murillo logrando buen billete,
mientras los militantes de antaño subsisten en la miseria, con serias
limitantes de salud y vivencia.
Empleados
menores del Estado no aguantan la presión de jefes, para que obedezcan y
participen en ceremonias y marchas, los chantajean recordándoles que reciben
salario gracias al comandante y la compañera.
Otros,
molestos porque la familia se ha dividido, sobre todo por la represión contra
jóvenes despreciando el modelo de gobierno feudal, corrupto, y militar
represor. Gente del FSLN que no les ha conmovido los abusos contra su propia
sangre.
Y
los gobernantes hablan de unidad familiar, de comprensión y amor. Sin embargo
ese discurso es demagogo y sustentado en el poder patriarcal, la obediencia
hacia el infalible que manda es la garantía de la unión.
Suficiente
gente del FSLN sabe que están en condiciones adversas, no justifican la mano
militar con resultado de centenares de muertos, la implementación de estado de
sitio con decenas de patrullas armadas, el secuestro de personas inocentes y el
procesamiento judicial injusto.
Hay
bastante inconformidad, pero en un partido vertical no lo pueden manifestar
públicamente, si eres empleado te corren, si eres socio te puede caer una
condena mortal y resultar en bancarrota.
Suficientes
presienten o saben que perderán las elecciones, porque no habrá posibilidad de
fraude como antes, ni será positivo volver a las calles a incendiar y paralizar
el país como opositores armados tal cual lo hicieron en los años noventa.
Jueves
15 agosto 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario