La tragedia que vive Nicaragua no es culpa exclusiva de
Daniel Ortega y Rosario Murillo, también de la mayoría de la sociedad que por
sí misma no ha superado la concepción caudillista colonial.
Tal afirmación no exime o mengua la culpabilidad de
la pareja presidencial, es mayor que la de otros porque gobernando impuso mando
militar, y con los recursos económicos fortaleció el tradicional sistema
corrupto y de clientelismo político.
La falla de la mayoría de la sociedad radica en su
imposibilidad de romper con su cultura, valdría excusar a quienes carecen de conocimientos
pero no a los aprovechados para obtener ventaja del ruin modelo.
El oportunismo podría ser nato en el nica producto de
su herencia genética, pero igualmente fortalecido en sus caracteres primarios
cuando su formación de infante en el hogar y practicado durante su crecimiento
y relaciones sociales.
Las “grandes revoluciones” o “guerras nacionales”
suscitadas en Nicaragua han dejado abundantes desencantos por el lucro de
quienes “se encaramaron en el poder” o se mantuvieron tras un reguero de sangre
y miles de tumbas, y olvidaron cumplir la promesa del futuro mejor.
Quien se involucra en la batalla, arriesga la vida,
sufre arresto, no necesariamente busca aportar al bien común, sino a su propio
beneficio, pues en muchos casos no tiene otra opción por su deficiencia
cognoscitiva, tal vez es su ser esencialmente fanático o virulento, o ambas conductas.
Reaccionar con furia ante la represión gubernamental
violenta es el patrón de comportamiento adquirido, pero no se circunscribe al
ámbito político, también en el familiar y social la ira es común.
La sociedad nica que quiere relaciones humanas respetuosas,
gobernantes capaces y probos, no debería nada más enfrascarse en la
confrontación o respuesta a las acciones del gobierno, también en la formación
de uno mismo, evaluando diario pensamientos y actos.
Ahí vemos a oportunos que figuran, gente dedicada a
sobresalir utilizando cualquier mecanismo, incluyendo aquellos con los cuales
se presenta mesiánico, simpático, aguerrido, pensante, cristiano, apropiado
para conducir a los demás. Hábil para descollar en los escenarios de arriba.
También los hay quienes desde abajo van subiendo, con
el modelo de líder que dirige porque sabe más, se adjudica la tarea, es más
locuaz, aunque sepamos que busca fortalecer su ego y cuentas bancarias para vivir
el éxito similar “a los de arriba”.
En Nicaragua parte de la sociedad es malhechora por
ensalzar a depravados y depravadas, mientras más dinero acumule o más fechorías
realice una persona es mejor considerada, hasta con reverencia y alabanza pública,
con agradecimiento.
Detectar y erradicar las teorías y prácticas nefastas
salvaría a la sociedad nica de la condena a la cual vive sometida.
Miércoles 28 agosto 2019
El analisis es corecto detectando una desafortunada realidad...Pero cual es la forma ds solucionar ello ???
ResponderEliminarTendria que haber ub quiebre y confiar en que algunos diferentes a lo denotado asuman honesta y civicanente ir rompiendo esas cadenas o lastres,
Logicamente la Educacion juega un papael clave para ello, habria que destinar fondos para ofrecer realmente educacion universal en vez de aportar fondos para ejercitos sin sentido ni mision, salvo crear otro enclave,esta vez criollo, para beneficio gr unos cuantos galanes que enriquecen sin aportar al desarrollo del pais.
y otras medidas mas inmeduiatas y drasticas, pero necesarias e impostergables. Saludos y gracias.
Saludes Hermano
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