Sublevación popular en Matagalpa - 15 mayo 2018 |
Sin ira ni rencores y observando
alejados de pasiones sesgadas, podríamos iniciar un proceso de sanación y
creación del nuevo nicaragüense. Las contradicciones sangrientas deben llegar a
su fin. Demasiado sufrimiento. Quien no da el salto se queda troglodita.
Es insólito que por opinar contrario
a la gobierna sufras presiones, recibas amenazas, te apresen, te asesinen. Brota
la ojeriza cuando reciben críticas quienes se consideran infalibles, dueños de
la verdad y el poder.
Ese terrible mal de la persona lo
conduce al odio, la saña, y al más cruel pensamiento para aniquilar a quien osa
contradecir aun con argumentos. Existe maldad en el ambiente porque una parte
de seres humanos no ha dejado atrás la formación violenta.
Las evidencias de la represión
gubernamental y la respuesta de los autoconvocados indican que el país, la
sociedad se encuentra en crisis, con la mayoría de sus integrantes buscando
aliento y sabiduría para crear un modelo de Estado justo, humano, coordinado
por pensantes creadores del mañana.
Demasiadas ofensas orales y escritas,
provenientes de quienes ostentan el poder político militar económico; ese
léxico cimentador del viejo modelo al cual algunos se aferran con prácticas
viciadas y bestiales.
El vocabulario soez debemos erradicar,
aprender a construir una cultura de entendimiento para alcanzar paz. Se
encuentra fracturado el interior de las personas anhelantes de un país con
justicia y democracia.
Es casi imposible contener el llanto
desgarrador y ahuyentar el desvelo, con tanta barbarie acaecida, a menos que
seas insensible, o indiferente, o un entusiasta promotor de actos sangrientos. La
sociedad nicaragüense emocionalmente afectada, y la mayoría en pobreza
absoluta.
Transcurrir dos siglos para superar
la etapa poscolonial es demasiado tiempo, sin embargo ese es el nivel de
evolución de la sociedad nicaragüense, crecida en el feudalismo, con
tradiciones propias de la colonización, bien arraigadas.
Aun con todo, este proceso político
social es un acto de rompimiento con la recurrente matanza, es de crecimiento
conceptual, actuando cívicamente demanda derechos ciudadanos, ante las tropas
gubernamentales que apalean, apresan, disparan gases y proyectiles.
La sociedad en evolución exige
justicia, sin inquina; abolir gobierno militar; erradicar la impunidad de “los
poderosos”; respeto a los derechos humanos; gozar paz interior y en el ambiente;
trabajar y prosperar.
El avance en Nicaragua es
irreversible, es la negación de la negación. Nada más deseo no sea lento y que
pronto se instale un gobierno que inicie, por fin, la etapa democrática que
tanto hemos deseado y ha costado miles de muertos, heridos, prisioneros.
Miércoles 23 octubre 2019
Saludes hermano
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