MIGRANTES DE NICARAGUA

Atardecer/ Sergio Simpson.

 Con la enemistad irreconciliable que existe entre nicaragüenses -como en otras épocas debido a negocios políticos- es complicado porque afecta emocional y masivamente a la sociedad y devela las aspiraciones básicas humanas.

 Las separaciones familiares -cuya unidad dicen fomentar los guías- son consecuencia de las discordias internas, la carencia de dinero, y la desesperación por salir de las penurias aun arriesgando la vida.

 Migración de nicas siempre ha existido -argumentan algunos.

 Pero no como ha ocurrido en casi medio siglo -responden ciertos.

 Esos que se fueron son golpistas, terroristas, criminales -replican otros.

 Habrá nica que grite reclamando su libertad de vivir en cualquier parte del planeta y derribar las fronteras, sin que le llamen cobarde por no empuñar armas o traidor a su patria por no desear saber nada de ese territorio y su gente, mucho menos de los políticos.

 Se han marchado felices, esperanzados en vivir con superior poder adquisitivo y jamás regresar a las limitaciones, recorriendo rutas peligrosas en las que mueren cientos de migrantes aumentando la tristeza en la familia.

 Quienes viajan con documentos autorizados van más seguros, y si allá los esperan familiares o amigos, el entusiasmo puede rebozar con certeza de que logrará sus objetivos o al menos vivir en preferibles estadios emocionales y financieros.

 Es notoria la superación de nicas en el exterior, como empleados o logrando su objetivo profesional y el modelo de vida monetaria anhelado, o por buena senda hacia el éxito financiero. Muchos jóvenes estudiando y organizados.

 Viejos con perspectivas de un buen retiro, pensando a veces retornar a Nicaragua e instalarse, pero la realidad que se vive en el país se los impide: Ven demasiado atraso, mucha miseria, violencia por todos lados, y corrupción en las gestiones.

 Se les desvanece la ilusión de recorrer paisajes de antaño, reactivar las conversaciones entre amigos de la infancia, comer tradicionalmente en fritangas o en casa de la cuchara de la abuela, aspirar el aire nebuloso de la montaña, broncearse en la mar y saborear mariscos frescos.

 Muchos se van y queriendo no pueden regresar.

 Sábado 3 diciembre 2022