Presentando a Esthela Calderón y Steven White en Matagalpa

Con Esthela.

Es un placer referirme breve a esta pareja de creadores de pensamientos y obras que hoy están con nosotros y nosotras por segunda ocasión. Es un privilegio y tarea difícil que me asignaron mis amigos del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica y del Grupo de Intelectuales de Matagalpa.

Con Esthela, seguramente hasta hoy que lo diga lo sabrá, me une un cariño vinculado a sus lazos primarios: sus hermanos Hugo y Manuel. Provenientes de una familia leonesa de luchadores en beneficio del bien común.

Con Hugo pasamos muchos años, más de los que esperaba, dedicados a un ideal, en condiciones difíciles en el Caribe Norte, lo que antes era Zelaya Norte, donde también estaba Manuel con quien coincidimos menos tiempo.



Y ese aprecio por la hermana se incrementó al conocer sus actos y obras literarias contribuyentes a las transformaciones de las concepciones sociales, abordando también una temática esencial: el cuido del planeta, el respeto a la naturaleza, vital para preservar la vida y experimentar la existencia con superior calidad.

Una plan de vida que inevitablemente cumple con su actitud, en sus relaciones justas con la sociedad y el entorno, con el hábitat que nos alimenta y los seres que nos rodean. Por eso no me asombró, en el facebook de Esthela, leer su frase: La dignidad  humana está por encima de cualquier acto servil.

De tal manera, me atrevo a conjeturar, sin temer errar, que calidades humanas y visionarias de Esthela y Steven se fueron encontrando en el espacio, como las moléculas se juntan buscando paridad, como las aguas se desplazan, unen y bifurcan irrigando vida, así se acoplaron y decidieron firmar la unidad creadora y proactiva el 21 de marzo del 2010.

Este otro ser, fusionado a nuestro país desde hace 35 años, nos vino a contribuir con lo que él definió en una entrevista como “aprendizaje vivo y dinámico con los poetas nicaragüenses”. Y en su aprendizaje nos ha legado traducciones al inglés y antologías de la poesía nacional, así como múltiples escritos.

Steven, ese otro ser, paridad con Esthela, no sólo ha colaborado con dar a conocer en su idioma natal a autores de otros países, sino que nos ha motivado a nosotros a conocernos, a valorar nuestras calidades, un ejemplo de ello es su obra Arando el aire, que nos presentó aquí en Julio del 2012, y que aún tengo en mi lista de libros a comentar, obsequiados y autografiados bondadosamente por amistades.

No proporcionaré una larga lista de obras y acciones de ambos, en beneficio del conocimiento y las creaciones artísticas, incluyendo la Promotora Cultural Leonesa que se ha convertido en un referente principal en aquella ciudad, a cuya casa espero que algún día autores de esta ciudad u otras norteñas, vayan a compartir sus creaciones.

Tampoco reseñaré los méritos académicos, la dedicación al estudio literario y a la transmisión de saberes partiendo de otros saberes. Amaneceríamos aquí.

Nada más les recomiendo buscar, leer, disfrutar de las obras de ambos; nos ayudarán a reflexionar, aprender, y asumir una actitud favorable en la existencia, también a seguir estrechando nuestra cercanía desde Matagalpa con otras personas, como ellos, para situarnos en la ruta de la contribución a crear una sociedad pensante y transformadora de una realidad desfavorable.

Muchas gracias.

Jueves 9 agosto del 2014
Pizza Venezia