De sus tres novelas publicadas he leído <“Te amaré por siempre” y “El árbol del amor”>, las parejas fluyen vibraciones impetuosas, sea por contradicciones de carácter o comportamiento que provocan desafectos, asimismo por la atracción que los motiva a fundirse en mente y cuerpo hasta el orgasmo.
Ambas historias de personajes viviendo según los conceptos medievales, el varón tratando de imponerse solicitando la entrega de la joven y la señorita resistiendo para mantener su derecho a casarse con quien ama y no con quien se le asigna.
Los episodios podrían parecer inverosímiles, cuando leemos que la rivalidad o incompatibilidad entre hombre y mujer son superadas al surgir vehemente el mágico deseo erótico.
El instante de ambas miradas emanando del cuerpo un leve aroma intrigante, apenas olido por quienes la pasión les coincide viéndose fugazmente a los ojos y escapan asustados por su tierna apetencia de compartir palabras y besos.