miércoles, 6 de noviembre de 2013

Carlos Fonseca y Marcos Altamirano

Marcos Altamirano y Carlos Fonseca

Jesús Miguel Blandón

Al marcharse Carlos la revista Segovia quedó bajo la dirección de Cipriano Orúe y continuaron haciéndose los círculos de estudios a cargo de Moncho Gutiérrez, el mismo Orúe, Chico Buitrago y un elemento de la nueva cosecha, Marcos Altamirano.

           Se leía el Manifiesto Comunista, artículos sobre la revolución industrial, periódicos obreros, etc.

           Marcos había entrado en contacto con Carlos en 1955, podía decirse que eran amigos del vecindario en la Plaza El Laborío, ya que Carlos vivía detrás de la misma en una cuartería ubicada frente a la familia Rodezno.

Carlos y Marcos hacían estudios en esa casa y en ellos participaba doña Tina. Leían la historia del Partido Comunista de la Unión Soviética, Viñas de Ira de Steimbeck, así como La Madre, de Gorki.

Su madre estaba tan identificada con él, que en 1957 le zurció en las solapas del saco las credenciales que llevaría en su viaje a la URSS.

Los dos estudiantes eran miembros del Partido Socialista, qué en esa época se dedicaba casi solamente a la lucha sindical.

Las labores que hacían principalmente eran las de vender el periódico del Partido, UNIDAD, del cual colocaban 300 números. La venta duraba dos días ya que recorrían los barrios, entraban a las casas y le leían al futuro cliente un artículo del periódico. Se invitaba a la familia del comprador también para que participara en la plática sobre el periódico, de modo que este comprador se convertía al mismo tiempo en un simpatizante del partido.

Luego juntos todos opinaban sobre la lectura del periódico de la semana anterior. En opinión de Carlos la venta del periódico debía de convertirse en escuela y las bibliotecas debían de popularizarse a través de las barberías, ya que afirmaba que el barbero era el intelectual del barrio, en cuyo taller se platicaba de política y problemas sociales, al contrario del salón de belleza, donde los temas abordados son mucho más domésticos.

Se entabló así entre ellos una relación tan fraterna que cuando Carlos se tuvo que ir a la Universidad, Marcos le hacía la visita a doña Tina para averiguar qué era lo que le hacía falta.

En una ocasión los dos camaradas se fueron a jugar una mesa de billar en el barrio Guanuca y al regreso, cuando pasaban frente al comando, platicaron sobre la disciplina de los militantes.

Marcos sostenía que los simpatizantes debían ser secuestrados, humillados y hasta golpeados y sólo los que pasaran esa prueba debían ser aceptados en la organización, la cual tendría que ser cerrada.

Pero Carlos protestaba, pues sostenía que eso sería utilizar los mismos métodos del somocismo. Eso sería no tenerle amor a lo compañeros - afirmaba.
Según Carlos el amor debía de ser la base de la disciplina de los militantes. Esta idea se cumpliría a lo largo de la vida del Frente.

Según Marcos uno de los libros que influyó más en esta postura humanista de Carlos fue "Reportaje al pie de la horca" de Julius Fucik, periodista checoslovaco.

"... Fucik va a denunciar a sus compañeros, porque lo han amenazado con matar a su madre e hijos. Entonces escucha el gemido de un preso que se arrastra y decide no hablar..."

También Viñas de Ira de Steimbeck, "cuando la mujer le da de beber leche de su pecho a un dirigente obrero", cuenta Marcos Altamirano.

El barrio El Laborío y su plaza fue escenario de muchas conversaciones entre ambos muchachos. Era la misma plaza a la que Marcos cantaría en su poema publicado en Segovia con los siguientes versos:

Plaza de Laborío

Vela de nuestra infancia
Ayer, de cabellos verdes,
hermosos, audaces;
caían hasta los pies de la lluvia.

Conversabas con el dín dán
de las campanas
enamorabas con la sonrisa
del zacate que sudaba en el invierno.

Hoy, chingo tu pantalón
por la moda del tiempo.
Eres petate de los perros
sedientos de tu cadáver.

Hoy, casi calvo por el caballo barbero,
por los parroquianos que te han pintado
una cruz en el lomo
te mueres de cansancio
sacando la lengua al verano.

Te amenazan desde afuera
quieren emparquecerte,

Plaza de Laborío
Vela de mi infancia
Pasarán la mano en tu cuerpo
para que rejuvenezcas
Tal vez lo logren...

Esa misma plaza de Laborío nos sirvió de refugio cuando se gestó la huelga general en el Instituto como protesta por la mala alimentación que se nos daba a los internos.

El principal líder de los internos era Francisco Buitrago Castillo y los externos estaban jefeados por Marcos Altamirano y Adán Ruiz, quienes sostenían que había que pedir la destitución del director dándole la huelga un carácter político. La huelga recibía el apoyo total del barrio de Laborío por el trabajo político que se había hecho en ese sector.

Los boletines del Comité de Huelga eran mimeografiados en el hospital por un simpatizante.

En los cines, cuando estaban las luces apagadas, se arengaba al pueblo. Una noche los internos salimos del colegio y dormimos en casa de Adán Ruiz, frente a la plaza, la cual fue patrullada por la guardia durante toda la noche.

Finalmente, Chico Buitrago y Marcos Altamirano fueron amenazados con la expulsión sin opción a matrícula en otro instituto.

La huelga terminó y se produjo una división de criterios entre Marcos y Chico. El periodista Manuel Díaz y Sotelo visitó en aquella ocasión el instituto por invitación dé Marcos Altamirano.

La influencia de Carlos seguía presente en el centro, ya que visitaba a todos sus compañeros y a Marcos Altamirano, quien con el tiempo llegaría a ser Secretario General de Juventud Patriótica Nicaragüense.

Carlos se encontraba en Managua, viviendo en casa de su padre don Fausto Amador, por primera vez. Nunca conoció lo que fueron los resentimientos y se llevó muy bien con sus hermanos de padre. También con la esposa de don Fausto, doña Lolita quien llegó a tenerle cariño.

A esa casa llegaba a traerlo el poeta Guillermo Rothschuh quien le dio el cargo de bibliotecario en el Instituto Ramírez Goyena.

Rothschuh fue uno de los intelectuales izquierdistas que por mucho tiempo se mantuvieron infiltrados en el Ministerio de Educación Pública, hasta ser purgados por el último de la dinastía.

En esa época, dice José Ramón Gutiérrez, que Carlos se contactaba con Tomás Borge ya que ambos fueron a Juigalpa, a la casa de Rothschuh.

En Febrero de 1956 apareció el número 11 de SEGOVIA, bajo la dirección de Francisco Buitrago, quien me había solicitado una colaboración humorística.

En una de las sátiras me refería a la polémica que se había desatado entre José Ramón Gutiérrez y unas señoritas profesoras de la ciudad, bastante reaccionarias por cierto, quienes incluso lo habían llevado a los tribunales. A Carlos le gustó mucho la sección y un día que me lo encontré en casa de Moncho me felicitó.

Dijo que yo dominaba bien el género satírico y que debía seguir cultivándolo. Me recomendó a algunos humoristas rusos y prometió conseguirme libros.

JUVENTUD PATRIÓTICA

Después del 23 de Julio la juventud nicaragüense comenzó a manifestarse con más fuerza en el terreno político y cuestionó cada vez con más energía a los partidos históricos.

Las manifestaciones de protesta se sucedían en las calles de todo el país y los arrestos, golpizas y balaceras no hacían más que enardecer los ánimos estudiantiles.

El periódico Impacto se había convertido prácticamente en un vocero de la nueva agrupación juvenil "Juventud Patriótica Nicaragüense" y era repartido en todo el país por las diferentes células de la organización, cuya bandera era rojinegra y gritaba cada vez más frecuentemente vivas al General Sandino.

Dos acontecimientos estremecieron especialmente al pueblo de Nicaragua en 1960: el asesinato de Ajax Delgado López, y el del joven estudiante del Goyena, Julio Oscar Romero, a manos de las hordas somocistas precisamente el 23 de Julio, cuando se conmemoraba el primer aniversario de la masacre de León.

Al conocer de la fundación de JPN, Carlos manda una carta a Marcos Altamirano donde le dice que se vaya a Managua y que se integre a dicha organización. La oficina de JPN quedaba en la Calle de El Triunfo, a dos cuadras de Comunicaciones, y era su secretario general el Ing. Salvador Pérez Arévalo. Este se fue para México, y en el mes de Septiembre hay elección, la que se decidió a base de la capacidad oratoria de los candidatos. El Partido Socialista Nicaragüense al principio no le dio la importancia táctica que tenía la organización que contaba ya con células de 21 miembros como máximo en cada barrio.

La preocupación principal era politizar a la juventud en torno a problemas concretos que afectaban a todos sin distingos de colores políticos. Los apoyaba mucho el Padre Luis Almendarez y algunos hijos de conservadores, pero estos no ocupaban posiciones dirigentes.

Al contrario del Partido, Carlos sí buscó la manera de contactarse con JPN y especialmente con Marcos que ya era Secretario General de la organización.

Carlos jefeaba el Movimiento Nueva Nicaragua y en la reunión que tuvo con Marcos en el barrio Riguero, dijo que quería confrontar los programas de ambos movimientos y posiblemente fusionarlos en el Frente de Liberación Nacional. JPN era pluralista, pero recalcaba el sandinismo en formo sistemática.

Estando preso en Costa Rica, cuando se le preguntó por su hermano Fausto, declaró: "Yo no tengo hermanos. Mis hermanos son los que están luchando, conmigo".

En otro párrafo de su carta se refiere a Gloria, que estudiaba en los Estados Unidos y dice: "Yo creo que Gloria ha sido poco favorecida al educarse en los Estados Unidos. Creo que tiene un gran talento pero ese mediocre ambiente yankí asfixia a cualquiera. Y no lo digo yo nada más, no hasta ahora que está de moda la lucha contra esos animales, es que se piensa así.

Y para que lo compruebe le referiré el resumen de una anécdota que señala Darío, nuestro gran Carlos jefeaba el Movimiento Nueva Nicaragua y en la reunión que tuvo con Marcos en el barrio Riguero, dijo que quería confrontar los programas de ambos movimientos y posiblemente fusionarlos en el Frente de Liberación Nacional. JPN era pluralista, pero recalcaba el sandinismo en formo sistemática. Carlos también opinaba, al igual que JPN, que el ideario sandinista era base suficiente para iniciar la transformación del país. Marcos sostuvo que no era oportuna la fusión sino que los cuadros más sandinistas de JPN se integraran a Nueva Nicaragua, por ser esta una organización pública.

Tomado del libro: Entre Sandino y Fonseca, Jesús Miguel Blandón, 2008.
El título de este episodio es nuestro.

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