Soy mujer… desde chiquita tengo esa identidad, me gustaba jugar con muñecas, me pintaba la cara y las uñas con los cosméticos de mamá y me ponía sus sandalias y zapatos tacón alto contorsionándome al caminar.
Cuando crecí ayudaba lavando peroles, en el molendero, barriendo y lampaceando, después en la cocina. Los hombres de la familia me reprochaban diciéndome que esos oficios eran para mujeres. Me gritaban que yo soy güevón y me pegaban.
Kevin
arrecuesta sus omoplatos en la pared, la espalda arqueada, hacia afuera el
abdomen, abiertas las piernas.
Frente a él Barby quiere provocarle cosquillas en el estómago, juegan a que ella le sacará carcajadas. Él resiste físicamente, no se dejará vencer.
Barby le sube la camisola deportiva escolar. Despacio pasa los dedos sobre el torso, moviéndose ella cadenciosa en un ritual sexi. Él con la musculatura tensa. Ella le aprieta las tetillas.
Despedido por intrigas, sin un proceso que
le permitiera defenderse, y seis meses después no le ha pagado sus derechos
laborales el gobierno “revolucionario” de los pobres y trabajadores.
Fue contratado debido a excelentes calificaciones diez años atrás por medio de examen escrito para optar al cargo en un proyecto financiado por “el imperialismo europeo” cooperando con “el gobierno socialista”. Desempeñó sus funciones sin haber recibido ninguna amonestación, sobrepasando los horarios burocráticos sin derecho a pago de horas extras, y sin viáticos en sus movilizaciones laborales.
Guillermo Rothschuh y Sergio Simpson. En cada uno de sus libros escucho la voz del Guillermo maestro analizando y explicándonos, conduciéndo...
