VIOLENCIA ENTRE NICARAGÜENSES DEBERÍA TERMINAR

La fotografía es para ilustrar la reflexión de quien ora
y pide un milagro que le cambie su carácter furioso.

 Alarma ese comportamiento agresivo entre nicaragüenses y más cuando urge cambiar los referentes de la cultura nacional prosaica. Demasiadas ofensas emanan debido a cualquier tema con el cual no están de acuerdo o mal interpretan y amenazan con destruir al expositor.

 Por diferencias soliviantan los ánimos y la contrariedad causa graves heridas sentimentales, sangrientas, y mortales. El discurso público carece de respeto, en todos los escenarios las palabras y los actos denotan irritación e incapacidad de emitir con ética para la convivencia.

 La sociedad mayoritaria además de disfuncional -por el concepto feudal de familia- sufre la carencia de dinero, padece la lejanía por el exilio, llora por sus muertos y los prisioneros políticos, y explota iracunda como acostumbra ordinariamente en consecuencia con su formación.

 Hemos sabido de embestidas verbales y físicas entre nicaragüenses que dicen estar en la construcción de un sistema democrático, varios altercados desprestigian a nicas en el extranjero y generan inconformidad y desilusión a las personas de otros países que se solidarizan con ellos.

 Igual es el insulto de quienes se proclaman revolucionarios, proscribieron la crítica y la rebeldía. La historia del país es de terror por eso veneran a personajes creados en las guerras civiles. Generalmente alimentan el modelo de lucha para dominar sin escrúpulos, con las armas.

 Algunas veces parece imposible que los nicas superen esa formación de violencia, puesto que las palabras de ataque las han convertido en folclor, y contra alguien que piensa distinto es natural y hasta divertido vociferarle calificativos derivados de meretriz y excremento para comenzar la tanda sanguinaria.

 Sábado 1 octubre 2022