miércoles, 23 de octubre de 2024

LOS BRUJOS Y SUS PRODIGIOS DE GUILLERMO ROTHSCHUH VILLANUEVA

Guillermo Rothschuh y Sergio Simpson.

En cada uno de sus libros escucho la voz del Guillermo maestro analizando y explicándonos, conduciéndonos al conocimiento y estimulando la imaginación. Desafortunadamente no he disfrutado todos los del último quinquenio, no han venido a este pueblo donde habito ni yo he viajado al pueblón capitalino para obtenerlos. Razones sobran.

 

Mi atracción frente a sus páginas no es exclusivamente en virtud del vínculo mío con la comunicación social de la cual él es erudito o ser yo un lector aficionado, también consecuencia de su habilidad forjada en el magisterio -innegable derivación genética acompañada del fortalecimiento de caracteres primarios- en su ejercicio de estudioso: leedor y escribano empedernido.

 

“¿Qué puedo hacer para curar esta pasión? Nada me atrae más que leer y escribir.” – se pregunta y responde.

 

Confiesa satisfecho: “… he dicho que la lectura y escritura resultan para mí un acto de celebración y catarsis. Ambas poseen poderes curativos. Son tan potentes como el mejor antibiótico y el más reputado ansiolítico. Me libran de angustias, aunque escribir muchas veces resulte angustioso. Me entrego a la lectura para atajar la desolación. Leer es una fiesta. Una interminable fiesta del espíritu.”


Guillermo como profesor universitario en absoluto se restringió a la cátedra escudriñando a los medios de comunicación social y el desempeño de periodistas o comunicadores, con cerca de veinte libros publicados referidos a esa especialidad; ha incursionado en la literatura por la cual parcialmente resignó las aulas.

 

He gozado este compendio de ensayos, pues reafirma su calidad auscultando minucioso a más de una docena de escritores con impresas magias compartidas. De igual manera ustedes saborearán cuando lo tengan en sus manos.

 

La narrativa encanta perfilando brujos, hechiceros cuyas composiciones intelectuales ejercitan nuestras neuronas henchidas de emociones maravillosas. Descubrimos o memoramos a talentosos esgrimiendo diversas técnicas gramaticales, investigaciones temáticas, recursos imaginarios, intimidades y actuaciones humanas, entorno político social, entelequias y autenticidades.

 

Nos compenetramos del análisis de vivencias de creadores con sus taras y perfecciones, extravagancias y envidias, controversias políticas distanciándolos, salen al público disquisiciones circunscribiendo su grandeza a demencia y  adicción a sustancias alucinógenas, o influencia infernal efecto de la superstición arraigada.



Conjeturas válidas o viperinas para quienes establecieron en este orbe a villas y personajes fantaseados convertidos en axiomáticos, como si viviéramos ahí y les saludáramos, para jamás olvidarlos y recurrir a ellos periódicamente.

 

Guillermo entusiasma mostrando cómo las excelencias son erigidas con empeñoso trabajo engendrando historias reales-ficticias-reales germinadas para la eternidad por empapar de placer al leedor, seduciéndolo y atrapándolo; juzga entonces a quienes desconocen ese regocijo, lamentando: “La inmensa mayoría nunca ha sido proclive a la lectura. Les provoca escozor.”

 

Entre los años sesenta y setenta del siglo veinte surge el Boom de la literatura latinoamericana para beneplácito de leyentes, es el punto de partida de la expansión de este continente –de mayoría analfabeta- en el ámbito letrado del planeta y un negocio próspero con vericuetos revelados ampliamente por Guillermo.

 

Artistas valientes escriben espléndido centenas de páginas con vocablo español novedoso, reseñan caseríos y ciudades del Nuevo Mundo, donde repasamos la urgencia de redimir, salvar, representar a pobres y reprimidos, evidencian sicología y actos de criminales y déspotas, sin faltar el desasosiego de exiliados y perseguidos políticos.

 

Las novelas triunfantes de una América Latina sufriendo predominio de dictaduras, políticos y señores feudales y transnacionales cómplices, cárcel, coerción, persecución y destierro inclusive de pensadores a quienes les prohíben sus legajos y además padecen penurias económicas pero no mentales y jamás claudicaron.

 


Paradójicamente, en España el tirano no impidió a las editoriales la divulgación de esas producciones, retornaron y recorrieron Hispanoamérica –algunas transportadas clandestinas- comenzaron a traducirse y viajar en muchos idiomas, la mayoría de ellas incitan ánimos humanistas y rebeldes contra el sistema.

 

Autores sacudiendo la existencia latinoamericana no se limitan a la esfera del poder político económico, igualmente traslucen los corolarios de la desigualdad social: clasismo, racismo, exclusión debido a predilección sexual.

 

Se imprimen textos cuyas historias inverosímiles de personajes sin ser totalmente malos ni absolutamente buenos, léxico soez y actos irreverentes convulsionan e irritan a la sociedad hipócrita doble moral, en algún caso la indignación extrema cuando se relata el nacimiento del diablo en un santo recinto de las Hermanas Pobres de Santa Clara.

 

Genios con la pluma inventan mentiras pareciendo auténticas o develan verdades noveladas, atrocidades, amores y desproporcionada libido ante el público o entre muros, describiendo a dignatarios y clérigos.

 

Inquisición y asesinatos, jueces pecaminosos, monjes pederastas o con hijos, monjitas lesbianas, bisexualidad o tríos, soldados pervertidos, nada se les escapa a esos prodigiosos proyectando hábitos de la “jerarquía social, política y eclesiástica”.


Todo ese contenido examina Guillermo profundizando en la grandeza de las letras fruto del rigor con el cual esos magos con lapicero desnudan nuestra esencia humana y el régimen arbitrario avasallando a débiles y pretensioso de aplastar a quien no declina su dignidad.

 

Recapitulé autores y libros, emanaron mis reflexiones y emociones de adolescente, como siempre sucede al volver por ellos, fortalecen mis ideales y alimentan la existencia refutando la barbaridad.

 

Pero Guillermo no se encierra en el boom latinoamericano en general, desmenuza algunos polímatas en particular, también explora otros prosistas y cita innumerables libros, sin faltar prohibidos relevantes asombrándonos que aún exista la despiadada censura aplicada por entidades educativas o dedicadas a la producción editorial.

 

A la par puntualiza cuan exitosa es la novela policíaca, alimentan la curiosidad centrada en conspiraciones, crímenes, tensión, suspenso, enigma.

 

Asimismo acerca de relatos con ligereza de aquellos ansiosos de publicar y afamarse, creando contenido frívolo atractivo a una sociedad perezosa mental, subyugada por el mensaje del consumismo y la propensión a vivir el día a día, quizá hastiada de la crudeza cotidiana y el entorno secuela de la mafia financiera y el narcotráfico.


Sin faltar este nuevo contexto influenciado por el uso de la tecnología, las redes sociales, la rapidez con la cual se reciben los acontecimientos, el repunte del video, audio libros, periódicos digitales, memes ridículos chistosos sexuados, conllevan replantearse contenido a publicar y la estructura auditiva, visual, y filológica.

 

Intencionalmente no mencioné a inventores ni títulos, tampoco crean que olvidé la referencia de Guillermo de otros célebres aludiendo a Rubén Darío, o desistí de ahondar más en esta ponencia.

 

He medido el tiempo, -aun cuando ustedes sean buenos escuchas no deseo fastidiar- conveniente es finalizar la reseña del libro, pese a mi apego al recordatorio de Guillermo: Escribir nos salva la vida.

 

Les dejo a Guillermo interactuar con ustedes. Nadie mejor que él nos embelesará con: El embrujo de leer y lo prodigioso de imaginar.

 

Muchas gracias.

 

Viernes 14 de junio 2024. Matagalpa.



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