NIÑA SE ACOSTÓ A MI LADO

 

Niña oliendo pegamento de zapatos. Matagalpa / Sergio Simpson 

No pude resistir. Sí, confieso que la intención de ser indiferente fue imposible. Estaba tan cerca de mí, la vi de reojo, evitaba observarla detenidamente aun cuando recibí su fuerte aroma. Me alteró considerablemente la tranquilidad que me propuse sostener cuando salí a las calles de Matagalpa.

                                                                               

Fue imposible no alterarme, ella estaba ahí boca abajo, a medio metro. Imaginé su procedencia y su familia, conjeturé las razones por las cuales subsiste de esa manera, la responsabilidad de la sociedad que se ufana de altruista y de quienes podrían por obligación salarial rescatarla de la condena y dejar a un lado las programaciones y gastos banales.

RELIQUIAS ARQUEOLÓGICAS DE SOLINGALPA EN ABANDONO Y DESTRUCCIÓN

 

Sitio Arqueológico Solingalpa / Sergio Simpson

Me vino a traer un amigo especialista en historia de pueblos originarios, me llevó a la Reserva Apante, para visitar el Sitio Arqueológico Solingalpa: Ha sido profanado el terreno de los antepasados Ulúas Matagalpa.

 Están abandonados los más de cuarenta montículos encontrados y se han denunciado saqueos de vestigios nativos.

 También supimos de la destrucción del evidente escenario ceremonial construido con piedras, fue arrancado con tractor para edificar vivienda, disfrutar de su casa en el campo, admirando abajo la hondonada ciudad.

SEXO EN LAS NOVELAS DE XOCHITL SARMIENTO

 

Xochitl Sarmiento en el Rincón de los suspiros agónicos, Matagalpa. / Sergio Simpson.

Inmediato usted leerá el clamor que necesita satisfacerse, la autora conoce las reacciones fisiológicas y emociones neurológicas del enamoramiento y describe ese momento de placer rumbo a la máxima expresión.

 Hubo el encuentro sexual de la primera vez cuando ella supo que (…) le urgía sentirlo dentro de ella, sentía que él la quemaba con su fuego hasta que no pudo más.

De esa descripción de la escritora en su novela Te amaré por siempre es evidente que embelesada y contenta abrió las piernas para disfrutar. Es ese momento en que la ricura la satisface y quiere más, no le basta con los roces, clama por penetración tierna, y luego el incremento de la ansiedad previo al coito:

<- Por favor, Octavio, quiero sentirte dentro de mí, quiero más de ti.>