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| Calle durante la temprana mañana.- Sergio Simpson |
La residencia del abogado también es su oficina en la
zona céntrica. Vive solo. Se percató de una linda mujer joven del vecindario de
más arriba, rostro precioso, cuerpo bien hechito de caminar rítmico, de esas
hembras que cuando la ves te alteran las tiernas pasiones y de inmediato
quieres amarla.
Él controló a qué hora pasaba rumbo al trabajo y cada
mañana en la acera le deseaba los buenos días. Intuyó que era inteligente.
Después, osado, le entregó un papel impreso con escritos de él.
- Gracias, doctor, muy amable, lo leeré. – Expresó ella
amohinada luego de impactarse por el título.
Desde entonces nada más que los buenos días respondía
seria, pero no enojada. Transcurrieron varias semanas y bastante seguido el
doctor le obsequiaba “la cartita” que podía contener poema o narrativa, y ella
con la misma respuesta. El seco buenos días y el distante gracias doctor.
Un día ella se aparece en la
oficina, al atardecer acompañada de otra mujer.
- Buenas tardes doctor, le traigo
una clienta. Disculpe por no pedirle una cita, es urgente. -Expresa ella bien
desenvuelta-. Pero es mi culpa yo le dije que usted es de lo mejor en la
asesoría legal para el divorcio y ella lo sabe.
Terminada la sesión, el doctor le
pide a ella que se quede para entregarle sus honorarios por la gestión, en la
plática supo que Aury sería su colega, y le propone que trabaje de gestora,
gane comisión, se entrene sin necesidad de asistir diario a la oficina.
El doctor es madrugador, a las seis
y media abre la puerta de madera de su despacho. Después de aquella reunión no
volvió a ver a la dama durante diez días, estuvo intrigado pensando que ella se
habría molestado. Pero, un sábado a los tres minutos de haber abierto, suena el
timbre, el doctor corre la reja y aparece Aury olorosa, recién bañada,
destellando en uniforme camiseta roja, pantalón azul, y zapatos deportivos.
La invita a un café y rosquillas
para que hablen del negocio, y en el comedor le ruega que opine acerca de los
escritos.
-Están bonitos, intensos, algunos me
sonrojaron. -Responde ella, sencilla y apenada.
El doctor la lleva a la computadora,
le imprime y entrega un ensayo jurídico. A partir de ahí Aury lo visita más
frecuente, se convierte en destacada pasante. “La del doctor”, le dicen los del
vecindario que están atentos a la hora que ella llega y se marcha.
16 junio 2025
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