Eran unos doscientos los protestantes, cuando a las dos de la
tarde, encabezados por motociclistas, iniciaron la caminata hacia el noroeste,
a media cuadra de donde se encontraban los oficialistas, éstos se acercaron y
algunos querían agredir, pero la dirigencia del FSLN los contuvo.
Recorrieron la avenida José Dolores Estrada, que atraviesa la
calle comercial, hasta el parque Morazán y la iglesia catedral. Se sumó más
gente, personas que jamás había visto en las marchas anteriores. Bastante
jóvenes, más de doscientos. Y gente desde las tiendas los vitoreaban.
Luego se dirigieron una cuadra al norte, doblaron hacia el
este, y una al sur, pasaron frente al teatro municipal, de ahí otra cuadra al
este y una al sur para enrumbarse por la calle Santa Ana, hasta el tope este en
la escuela Guanuca, de ahí siguieron al norte, bajaron a una cuadra del mercado
Guanuca, subieron por el barrio Pancasán, al sur. Ahí calculo unas 2,500
personas. Pues esa calle es alta y observé dos cuadras largas atestadas, sin
que el final aún apareciera.
Deduzco que alguna gente pensó, por la cantidad de
caminantes, que era la marcha oficial, pues varios simpatizantes y funcionarios
del gobierno, salieron a gritar y sonar pailas, pero se metieron a sus casas al
percatarse que eran los chavalos y chavalas. Nunca, en los últimos años, habían
visto un gentío protestando, sólo las caravanas oficiales manifestándose.
Volvieron a pasar, de norte a sur, frente a catedral, y luego
por la estación de policía que lleva el nombre del comandante Carlos Fonseca.
Al tomar la calle del comercio, hacia el sur, estaba un cordón de ocho policías
con escudos. Escuché cuando al jefe de contingente, por medio del radio, le
dieron la orden que los dejara avanzar. Vi dos rostros de policías molestos, y
los otros con semblante tranquilo. Me sentí aliviado.
Esos policías son lo que encontramos diario, muchos de ellos
ex compañeros de los padres de los chavalos y chavalas, y amigos de algunos
viejos que acompañaban el trayecto.
No hubo altercado, la policía se mantuvo a distancia en una
camioneta, como con ocho miembros. Nada de agresiones, ni daños a la propiedad
en el recorrido. Fue impresionante, además escuchar la misma consigna de la
lucha contra la dictadura somocista: ¡Pueblo únete! ¡El pueblo unido… jamás
será vencido! ¡Abajo la dictadura!
Algunos adultos, en la ruta, memoraban la Matagalpa pre
insurreccional, pero admitiendo que ahora no debe haber sangre, pues la ciudad
podría incendiarse y volverse peor la mortandad de familiares y amistades.
Quienes apoyan al matrimonio presidencial, estaban en la otra
avenida al este, por el famoso árbol de Genízaro, pero no se acercaron, de
lejos vieron la muchedumbre. En la calle, frente a la puerta principal de la
alcaldía unos antimotines, no hubo necesidad que accionaran, la gente
protestante, a media cuadra, los vio sin inmutarse.
Al parque Darío retornaron a las cinco de la tarde. Cantaron,
discursearon, rezaron, y en esta ocasión sí escuché unos cuatro morteros. En
ese instante incendiaron una llanta, en la calle norte que viene del este.
Obstaculizaron el tránsito vehicular. La policía estaba a una cuadra de ellos.
Como a las siete y media de la noche, la multitud decidió
irse, después de encender velas, cantar el himno nacional, entonado tres veces
durante la jornada. Fue tensa y alegre la tarde, sin golpes ni sangre. Chavalos
y chavalas, respaldados por adultos y adultas, expusieron su inconformidad.
Es meritorio felicitar a la sociedad de Matagalpa, gobernante
y protestante, por su ejemplo cívico. Concluyo satisfecho esta nota ligera,
aunque cansado por el trajín y la caminata.
Viernes 20 abril 2018 - 8:30 pm - Matagalpa
Nota: Algunos y algunas amistades del FSLN me dijeron que yo
era uno de los líderes de la convocatoria, pero no es cierto, no soy líder,
sino un acompañante que no quiere ver heridos y muertos en un pueblo que ha
sufrido mucho en las guerras, y donde tengo bastante amistades. Los chavalos y
chavalas están labrando su destino por la justicia social, se autoconvocan y
exigen con el derecho ciudadano.
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