Es lo mejor que sucedió, cuando la tarde noche del miércoles,
estuvieron frente a frente, quienes apoyan al matrimonio presidencial y quienes
se oponen a la reforma reciente del seguro social. No queremos más sangre, ni
enfrentamiento entre amigos y familiares en Matagalpa.
Mostró gran esfuerzo el grupo de autoconvocados, la mayoría
chavalos y chavalas, son cívicos y argumentan, y es meritorio el empeño de
Fulvia Castro, la única directiva del FSLN que se mantuvo adelante conteniendo
a unos cuantos iracundos, para que no pasaran de consignas a los golpes, media
cuadra al norte del edificio del INSS, esquina opuesta a la casa del obispo católico.
La mayoría asistente a favor son empleados del INSS y del gobierno.
En cambio, otros directivos y activistas se dedicaron a
gritar vivas a Daniel Ortega y su señora, azuzando para un enfrentamiento. Les
observé los rostros enardecidos. Sin razonar el peligro que representa para
ellos y la sociedad de esta ciudad que un chavalo o chavala fuese herido. A
diferencia, Fulvia, aun voceando consignas mantuvo el dominio en pro del
civismo.
Vi algunos alterados de uno y otro lado, sin embargo, fue
evidente que más simpatizantes del matrimonio presidencial quisieron
abalanzarse contra los protestantes, separados primero calle de por medio, y se
acercaron hasta quedar cara a cara, con intenciones de golpearlos y
dispersarlos.
Algunas chavalas opositoras se acercaron a abrazar a sus
conocidos oficialistas, a lo mejor son del mismo barrio o estudiaron juntos, o
han coincidido en algún festejo. Impresionante gesto.
El momento más tenso fue cuando los gubernamentales lanzaron
morteros al aire y explotaron carga de bombas en serie. Los protestantes, que
no llevaron morteros, respondieron, fuerte, una y otra vez: ¡No tenemos miedo!;
igual corearon ¡No tenemos miedo! cuando alguien pro gobierno gritaba, a través
de los parlantes, anunciando el refuerzo que llegaría de habitantes del barrio
La Chispa, que lamentablemente los han calificado de delincuentes peligrosos.
Al final no fue cierto que también llegaría respaldo de otros barrios de la
periferia que el agitador anunciaba.
Unos diez policías estuvieron, pero no intercedieron, quienes
quedamos entre ambas agrupaciones fuimos periodistas, que tampoco sufrimos
agresión; calculo que ocho policías antimotines se ubicaron una cuadra el este,
y de ahí no avanzaron.
Cerca de las siete de la noche, los demandantes, decidieron que
habían cumplido su propósito. Los seguidores del matrimonio presidencial, los
abuchearon, y un grupo de seis motorizados, novedoso en esta ciudad, salieron a
perseguirlos, y pasaron rugiendo sus motores en medio de los caminantes, sin
que éstos se dejaran provocar, y continuaron hacia el oeste, rumbo a catedral,
donde culminaron.
Regresé al sitio, a las siete y media de la noche, estaban
bailando trabajadores del gobierno, con la presencia de ciertos delegados
gubernamentales, directivos del partido, y funcionarios de la alcaldía.
Miércoles 18 abril 2018
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