jueves, 17 de mayo de 2018

El 12 DE ABRIL 2018 EN MATAGALPA

Plantón en Matagalpa. Foto tomada de internet.
 
A las cinco de la tarde había diez, en la plazoleta del parque Rubén Darío.
Fueron llegando y alrededor de cien se mantuvieron en la acera oeste, en la avenida José Dolores Estrada, que atraviesa el centro de la ciudad, por donde transitan miles de vehículos y peatones. Dos horas de algarabía y conciencia que pudieron extenderse hasta medianoche o quizá al amanecer.
Eran más chavalas que chavalos, pocos adultos, demandando, exigiendo, al gobierno y a la población que salvaguarde los recursos naturales.
Cantaron, rieron, gritaron, llevaron sus carteles escritos a mano, y discursearon no sólo por el incendio en la reserva de biósfera Indio Maíz, en el caribe sur, también expusieron que en el norte del país existe deterioro del ambiente, tala e incendio de pinares, ríos contaminados y con escaso caudal, cambio climático evidenciado por el calor que ahora predomina en épocas del año que antes eran nebulosas.
Agarró el micrófono quien quiso, sin programación, y dijo lo que deseaba, con argumentos y emociones, coincidiendo que no era politiquería partidaria, sino la demanda de implementar políticas gubernamentales para salvar a Nicaragua de una catástrofe mayor.
Chavalos y chavalas, hijos y familiares de adultos con diferentes preferencias partidarias, que se autoconvocaron reflexivos, consternados ante la barbarie y la indiferencia humana destruyendo su hábitat. Gente que sonaba la bocina de sus vehículos, apoyando, otros, en sus confortables máquinas arrugando la cara.
No llegó la policía. Identifiqué a tres agentes de seguridad, vestidos de civil, dos de ellos con teléfono filmando a distancia. Observé a dos conductores que pasaron despacio, grabando con celular, y varios funcionarios del estado viendo de reojo desde sus carros.
Un ex comisionado de la policía, en su camioneta, con la ventana baja, sonriendo me gritó: Mandálos a trabajar. Al concluir el plantón, apareció un delegado de gobierno, rumbo a una tienda, me dijo: Hay que mandarlos a apagar el fuego. Le respondí: Ya estuvieras con los buses, esos chavalos y chavalas tienen energía y voluntad. No le informé que dos de sus sobrinas estuvieron ahí.
Ahí también vi a varios hijos e hijas, nietos y nietas, de antiguos guerrilleros matagalpas, y algunos de ellos llegaron a respaldar, sin inmiscuirse, la esplendorosa manifestación pacífica, llena de energía, entusiasmo, y razón, que a los viejos y viejas presentes nos vitalizó, pues varios coincidimos en que esta generación está mejor, superior cívicamente, lo demostraron anoche.
Debo felicitar a la gobierna, no sé si por decisión del matrimonio presidencial o porque los gobernantes locales le explicaron muy bien, que la confrontación en Matagalpa, agrediendo a jóvenes trastocaría a la sociedad citadina, la cual podría reaccionar igual a cuando la dictadura somocista acorraló a los chavalas y chavalas.
Jueves 12 abril 2018

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