lunes, 29 de febrero de 2016

Analogía del poeta Iván Uriarte con nuestros propósitos

Iván Uriarte, en el encuentro.

Discurso de bienvenida al VIII Encuentro de Poetas y Escritores del Norte dedicado a Iván Uriarte. 

Sergio Simpson

Buen día, gracias por venir.

Años atrás- les confieso mi niñez -, en una casa de paredes orladas con libreros, Managua de los años sesenta,  la vieja Managua como la nombran ahora, yo vivía al noreste del parque Central y la Escuela de Bellas Artes, me cruzaba el parque y entraba al recinto fundado por el maestro Peñalba, cuyos discípulos  salían con caballetes a dibujar y pintar el escenario circundante a la Plaza de la República.

En mi transitar por la avenida Bolívar me asomo por las rendijas de la puerta de café La India, escucho y observo a los artistas plásticos fusionados con escribanos. Presencio esa imagen de creadores. Sin imaginar que posteriormente coincidiría muchas veces con algunos o varios de ellos, como en este momento.

Oí referencias a un grupo de poetas llamados la Generación Traicionada. Atrajo mi curiosidad. En ese entonces, en mi entorno infantil, escucho que las traiciones son parte de esta humanidad, de esta sociedad,  referida a la política. Escucho de la traición a Sandino, de la traición a Darío y la manipulación de ambos personajes y sus obras.

Luego, adolescente, comprobé que impera la traición en la mayoría de los actos, es una actitud de miles de personas, de la cual ni los escritores se encuentran inmunes, pero algunas veces impunes cuando son la partícula mano y cerebro de quien financia alegorías.

Mis recuerdos devienen porque la Junta Directiva del Grupo de Intelectuales de Matagalpa me asignó referirme a Iván Uriarte, uno de aquellos personajes de la Generación Traicionada, con más de medio siglo de crear literatura, exponiendo magistralmente sus conocimientos, facilitando el crecimiento intelectual, promoviendo una nueva cultura: antítesis de la mediocridad y el sometimiento.

Marchado del norte, de estas montañas de nebliselva, quebradas cristalinas, flora y fauna - que destruyen los insensatos por acción, complicidad o indiferencia -, tortilla al comal - que la modernidad margina -, güirilas infaltables todavía degustadas aunque cocinadas encima de lata y bajo fuego de butano,  Iván en sus escritos recuerda, perenniza, con supremacía meritoria atado al cordón umbilical.

Este jinotegano, a quien hoy le dedicamos nuestro encuentro anual, en 1970 viaja a Europa, radica en Francia, ese país referencia de la genialidad donde convergen lumbreras, recibe cursos con un teórico francés de literatura y poética, uno de los creadores de la narratología; también estudia historia de América con uno de los más prestigiados exponente de la historiografía económica del siglo XX. Tuvo Iván Uriarte dos brillantes guías que nosotros deberíamos estudiar, y estudiarlo a él que se convierte en mentor, uno de los más espléndidos del país. Y para exacerbar la territorialidad, un norteño que sin duda, por vergüenza, al menos tratemos de emular.

Nuestro grupito de Matagalpa, llamado de intelectuales por su fundador, el maestro Douglas Stuart, continua aglutinando, promoviendo, abriendo espacio para que sean reconocidos y estudiados aquí, en su tierra, colocar en agenda del país a creadores de la zona norte central, y vagar sin frontera, al menos por internet.

Padecemos limitaciones cuantitativas, cualitativas, gerenciales, conceptuales, sociales, con la visualización del arte como mercancía en oferta, pero el arte por sí mismo vale lo que su calidad, el consumidor debe saberlo, y nosotros también, con base en ese principio ineludible creceremos en todos los ámbitos. Recordemos que aquí hay historia, no sólo en el Pacífico de Nicaragua.

El aporte de cada uno a la resultante del pensamiento debe trascender. La gente norteña almacena riqueza y materia prima, y uno de nuestros anhelos es que salgan… a mostrarse, no como producto en combo, sino como expresión vívida de una sociedad que preserva su cultura ancestral, aún con la masacre proveniente desde la colonización.

Resistencia indígena de 1602 en Sébaco, sublevaciones e insurrección a finales del siglo XIX en esta ciudad, así como las contiendas en Palacagüina, Yalagüina, Telpaneca, Mozonte, Ocotal, Wiwilí, Bocay, en todo el territorio Ulúa, en diferentes épocas guerras nacionales, y aún no ha fallecido el deseo libertario de sus habitantes originarios, el reconocimiento a sus derechos.

Este grupo matagalpa no ha quedado en el localismo reducido, tratamos de avanzar, quienes estamos aquí, que somos los mesmos norteños y norteñas, representamos una muestra de lo que aquí se produce literariamente.

Hay material que pulir, voluntad, motivación para compartir valiosas calidades, y también muchas exigencias, lo demuestra este homenaje a Iván, quien nos reúne y califica con rigor necesario.

Tenemos resultados de las exigencias de Iván para consigo, imagínenlo durante cuatro años siendo Lector latinoamericano en una universidad fundada en 1635 por un príncipe francés; y luego graduado doctor en Literatura Hispanoamericana, en universidad de Estados Unidos. Dos mundos, tres visiones, la de eruditos de cada uno de los dos continentes, y la del montañez del territorio antaño anegado por la niebla que ahora se arrala en un país desmejorado.

Por eso vemos a Iván docente de varias universidades en Nicaragua, incluyendo el Taller de escritura creativa que durante más de una década dirigió luego de fundarlo con universitarios, la maestría sobre Literatura Centroamericana y de Hispanoamérica que coordinó y ha sido la única impartida en la universidad de jesuitas. También lo vemos a Iván en Madrid estudiando académicamente Don Quijote, invitado en la Feria del Libro en Barcelona,  exponiendo en el Coloquio Cervantino Internacional, en Guanajuato.

Los escritos de Iván deberían lucir en todas las bibliotecas, en exclusivo librero destinado a norteños y norteñas y de foráneos que han escrito acerca del norte. También debemos desenterrar libros y promoverlos, es otro producto de la zona norte central que debemos divulgar.

En estos encuentros anuales nos reconocemos, conversamos, creamos calidez en la concavidad neurológica, algunos nos embriagamos de numen, ego, en ética etílica, hablando de investigaciones y escritos, mostrándonos cual somos.

Encontrarnos ha facilitado saber que, al menos, una docena de escritores está listo para imprimir, y bastante sueña con aprovechar el máximo cerebral, conscientes de crearse el vicio de constante aprender y gozar el rigor de la maravilla productiva.

Las obras de quienes han venido a estos encuentros debe ser agrupada, y también de quienes no han llegado por diversas razones. En esta zona se puede presentar ante la sociedad norteña el reflejo de lo que es, mostrarla al país, al extranjero, a nivel mundial.

Interioridad, metafísica, surrealismo, soledad, erotismo, premonición, contundencia, costumbrismo, más, más y más, pululan en los cerebros. Sin acercarme a crítico literario, ni literato, sino como aficionado lector, encuentro materia, información, y no adolecemos de cierta capacidad. Lo que no observo es presencia como me agradaría, difundiéndose por decenas de rutas comunicadoras sociales.

Me pregunto: ¿cuánto se puede comunicar con las facilidades que la tecnología provee? ¿cuáles medios utilizamos? ¿cuál es el presupuesto? ¿buscamos calidad o cantidad? ¿pensar libre o sojuzgado? ¿encontrarse incluido o… excluido creando propia inclusión? – sin ceder espacios que nos estrujen crecer.

Cuando leemos o escuchamos a Iván, nos damos cuenta de la categoría del intelecto, emisor de su ser libre explorador sin romper el cordón umbilical preservado en el relicario de la casa, con tejas de barro y corredores con barandas de madera preciosa. En esa casa vive su madre guardada en el cofre del cosmos y del cual Iván es el cancerbero, tiene la llave que le brota de las manos cuando en sus entrañas se le expande maternal infancia y llena cuartillas.

La formación facilita descubrir, ingresar al origen de nuestra eclosión, plasmarla con palabras, frases, oraciones, vivencia extraña o convivencia que desde las alturas del pensamiento la disfrutamos, lo deduzco cuando sigo la ruta del andariego Iván absorbiendo diferentes entornos asido él a su esencia.

Reitero y aburro, la calidad debemos sacarla.

Debemos publicar lo mejor, sino veamos los resultados de las exigencias cualificadas de Iván: gana el Premio Nacional de Poesía Rubén Darío, el Premio de poesía María Teresa Sánchez, por mencionar dos de sus galardones, pues no deseo leer las decenas que ha recibido de manos de organizaciones de toda índole, es opcional concursar, pero el resultado es válido.

Esta dedicatoria a Iván, es resultado de afecto, del aprovechamiento de sus conocimientos, motivación a nuestros andares, abriendo cada uno su propia senda, colectivizándola para convertirla en portentosa fuerza que se encuentra, no dormida, sino, para mi gusto, demasiado expectante cuando puede protagonizar una propuesta de reflexión social.

Pensar… pensar… pensar… escribir… escribir… escribir… borrar… borrar… borrar, reconstruir, publicar el resultado de nuestro máximo empeño, lejos de las ínfulas tradicionales que convierten en invisibles los estandartes que en esta zona se yerguen desafiantes.

Muchos de ustedes, sino todos, conocen a Iván, algunos participaron en talleres con él, en este recinto, otros lo han escuchado en anteriores encuentros, conocemos su temple cognoscitivo, labrando poesía, narrativa, ensayo, creando “desde una óptica de reivindicación social y sátira política” como lo afirma en la síntesis bio – bibliográfica que me proporcionó para que yo me atreviera a lucubrar frente a ustedes, iniciando este VIII Encuentro de Poetas y Escritores del Norte.

Se lo dedicamos, a Iván:

Por su calidad de poeta, narrador, y crítico literario,
extraordinaria labor académica,
vocación didáctica orientando técnicas de creación literaria.

Así está escrito en la placa que recibe hoy.

Gracias a ustedes por venir, juntarnos, para crecer y unificar solidez.

Gracias a la dirección y personal de esta universidad de quienes somos amigos, beneficiándonos con su respaldo.

Agradezco a ustedes su paciencia.


*Sábado, 27 febrero 2016
Anfiteatro Mariano Fiallos Gil
Recinto Mariano Fiallos Gil
Facultad Regional Multidiciplinaria - Matagalpa
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua - Managua

1 comentario:

  1. Excelente, siente uno ganas de vivir auque sea en esos días de errores y aciertos, pero que hicieron de nosotros los que somos y somos tambien lo que quisimos ser. Iván es uno de esos que se asomó a esa ventana que nos dieron las circunstancias.

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