Lloré dos décadas ansiando a esa mujer.
Cuando me dejó la busqué en otras,
deseaba fuesen como ella:
inteligente educando mi conducta rebelde,
culta motivándome a disfrutar exquisiteces, femenina sin fruslerías,
movimientos físicos sobrios,
escencialmente racional y justa
con nobles sentimientos.
Crueldad sufrida
añorándola edípico freudiano.
Estudié, comprendí ciencia y escencia
de la vida y la muerte,
es así que retorné a mi senda,
calmo... sin dolos: creando.
Por Gloria... esa mujer.
Nota: Tomado del libro Mujeres Ilusiones Extraviadas
sábado, 4 de julio de 2020
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