miércoles, 1 de diciembre de 2010

Poema de Henry Briceño

TOQUE DE QUEDA.

Era tarde. El sol había muerto.

La luna había nacido.

La zozobra más aguda.

La noche lenta.

La gente en sus casas

Afuera los Guardias.

Afuera susurraban.

Susurraban palabras tenebrosas.

Calaban los huesos

Ponían la “piel de gallina”.

Adentro no se hablaba

Nomas gesticulaciones

Había pánico, traumas.

Rabia. Decisión. Coraje

La televisión apagada

La radio silenciada

La verdad en canal exterior

La mentira en cadena nacional

Por orden del criminal General.

Nos presionaban. Arrinconaban. Asesinaban. ¡Peor!

Al amanecer la lucha será más fuerte. Arrecha.

Imposible domarnos con Garand, Galiles y M-16

Los Push and Pull desde el cielo enviando la muerte

Nos invitaban a luchar. A crear y ganar

La pesadilla tendrá su fin.

En Nicaragua las mismas noticias.

El tirano redundaba.

Afuera la lluvia

Las gotas salpicaban en el casco del Guardia.

Del Guardia Somocista

Y la sangre del hermanito o hermanita

Un ratito después salpicaba la metralla del asesino militar.

La noche pasaba

El día llegaba.

Nos hacíamos hombres.

La lluvia lenta…

Había toque de queda en Nicaragua.

Septiembre 16 de 1978/11:28 Pm

Bello Horizonte No. G-III-32

Casa de Seguridad

Fotografía tomada de El Nuevo Diario.

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