jueves, 7 de junio de 2012

Prólogo: Jinotega, novia de la montaña


Guillermo Cortés Domínguez

En este nuevo libro de recopilación histórica de Eddy K‼hl, bajo el sugestivo, evocador y romántico  título “Jinotega, la Novia de la Montaña”, encontramos un notable esfuerzo inquisitivo por desentrañar el pasado antiguo y no tan antiguo, no de una ciudad, sino de toda una región: el norte y las segovias, es decir, de cinco departamentos: Nueva Segovia, Madriz, Estelí, Matagalpa y Jinotega.

Ya sabemos cuán esencial y determinante es conocer comprensivamente el ayer, para ubicarnos con seguridad y confianza en el presente y proyectarnos con firmeza y determinación hacia el futuro, como decía Hegel, aunque en Nicaragua, en algunos momentos opacos de nuestra historia, pareciera que no tenemos memoria o que somos desmemoriados, que somos expertos en repetir incansablemente los mismos errores, siempre los mismos, una y otra vez, equivocándonos, con torpeza,  como víctimas de una maldición eterna.

De manera estúpida perdemos el tiempo dando vueltas y vueltas, repitiéndonos, en un alucinante círculo perverso que, no obstante, debemos tener la esperanza, será roto más temprano que tarde por un poderoso punto de inflexión que tendrá que ser producido por la acción consciente e indetenible de una nueva generación de nicaragüenses.

Acerca del origen de nuestros pueblos indígenas, sus lenguas, su rica cosmogonía, y sobre su cultura en general, Eddy Kühl indica que recientes descubrimientos de estudiosos europeos amplían bastante más la visión que hasta ahora había prevalecido, tornando más complejo el análisis y abriendo más y más interrogantes, por lo que el autor de esta obra desafía a los estudiosos locales a que se incorporen al esfuerzo por desentrañar los misterios y secretos de nuestra historia, que, en vez de disminuir, parecen aumentar.

Entre los múltiples y enriquecedores datos sobre nuestros pueblos originarios presentes en esta obra, quisiera resaltar cómo, entre las estadísticas de los primeros censos de la autoridad colonial, Eddy Kühl identifica la desproporción entre la población declarada en cada lugar, y la cantidad de viudas y viudos. Esas estadísticas frías no lograron ocultar el bárbaro y criminal genocidio al que fueron sometidos nuestros antepasados.

De igual manera, Kühl pone de manifiesto los prejuicios y la ignorancia de los conquistadores y su punta de lanza, los eclesiásticos católicos, que exageraban hasta el ridículo la natural superstición y otras formas de pensar, y que reprimían a los indígenas por sus creencias y prácticas diferentes de la cultura que ellos trataban de imponer a sangre y fuego. ¡Que impusieron a sangre y fuego! El historiador rescata con sutileza cómo la represión obliga a los indígenas a potenciar su creatividad, su imaginación y sus habilidades, para tratar de sortear la amenaza que representaba un invasor autoritario, intolerante e irrespetuoso.

Aunque esta obra abarca cinco departamentos del país, hay un énfasis en Jinotega, y así vemos datos que dan pistas sobre los primeros asentamientos humanos de esta apacible ciudad, acerca del no comprobado pueblo indígena de Jocomico, también sobre el poblamiento del llano de La Tejera y, un poco más al norte, del  lugar actual que ocupa “La ciudad de los hombres y las mujeres eternas”. Un aspecto relevante son las referencias históricas que conducen a concluir  que los primeros pobladores españoles de Jinotega, así como de otros poblados, son parte del contingente de mujeres y hombres que huyeron de la original Nueva Segovia, fundada en 1543 y destruida en 1611.

En una obra que pretende destacar a Jinotega, no podía faltar una extensa referencia a uno de sus personajes claves: Patricio Centeno. En particular, Eddy Kühl expone, con deliberada preeminencia, como Centeno fue el principal artífice, el gran estratega y ejecutor del sencillo pero eficiente ardid militar que condujo a la crucial victoria sobre los filibusteros yanquis en la famosa Batalla de San Jacinto, cuando ya parecía inminente la derrota de los patriotas. El historiador sale así al paso de la incomprensible actitud de José Dolores Estrada -lo que no borra sus méritos propios- de escatimar la proeza del jinotegano de cabellos rojos y ojos azules. Una montaña de testimonios sepulta la ruindad de Estrada. Y en esta obra se reinvindica también a los indios flecheros de Matagalpa, como ya lo había hecho atinadamente Kühl en otro de sus libros.

Es conmovedor el testimonio del propio Patricio Centeno, quien al refutar categóricamente a Estrada, dice que no lo hace para gloria de sí mismo, sino por la verdad. La verdad y la honestidad, unidas de forma recíproca, tan esquivas actualmente, como quizás nunca en la historia nacional. “(…) Mi objeto es que no se mienta… y que el soldado sirva con lealtad y gusto, sin quitarle o ponerle al digno lo que se le debe de justicia, dándole al que no merece la gracia de que no es digno,  (…)”, son palabras memorables de Patricio Centeno.

No podía ignorar Eddy Kühl al único Presidente jinotegano de la historia, Bartolomé Martínez, nacido en El Lipululo, de quien destaca su linaje indígena, así como su patriotismo, su capacidad administrativa y su honestidad a toda prueba, “pues hizo respetar nuestra nacionalidad y recuperó para Nicaragua el control del Banco Nacional, los Ferrocarriles y las Aduanas”. (Kühl: 2011). Este hombre merece un gran monumento, y más que eso, merece ser emulado. Deberíamos ser como él.

En la parte final del libro, el historiador aporta información sobre la introducción a Jinotega del cultivo del café, los principales caficultores y los nombres de las haciendas cafetaleras más conocidas; también síntesis biográficas de personajes, de familias, de escritores y otros artistas, así como de alcaldes y políticos.

Como suele ocurrir con los textos de historia, en “Jinotega, la Novia de la Montaña”, al igual que sus antecesores con obras sobre esta ciudad, como Simeón Jarquín y Ramón Pineda, entre otros,  Eddy Kühl abre el camino para que otros investigadores continúen avanzando en el descubrimiento y valoración de nuestro pasado. Quizás tanto desconocimiento sobre el ayer, es lo que explica por qué hoy aun no hemos logrado salir de la pobreza y el subdesarrollo. Pero con obras como ésta, recobramos nuestra confianza en un futuro promisorio que no estaría muy lejano.

2 comentarios:

  1. Hola ¿se conseguirá este libro en Argentina?

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    1. Habría que comunicarse con el autor, su dirección electrónica es: eddy@selvanegra.com

      Gracias por su interés.

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