martes, 24 de julio de 2018

Matagalpa: Fiesta de balas en sábado de terror


A las seis de la tarde, del siete de julio, la caminata de matagalpas que recorrió pacíficamente el norte de la ciudad retornaba a catedral, de donde salió, cuando anunciaron “atacan los tranques” en la zona sur, por el estadio de beisbol y el puente salida a Managua.

Un grupo de chavalos con morteros y motorizados se movilizan rápido a reforzar la resistencia. Son jóvenes, noveles en lucha urbana, pero dispuestos a enfrentar la represión de un régimen que ha herido de bala a cientos de personas.

Quienes idolatran a los Ortega Murillo o son empleados del estado, exhortan la captura, golpiza, y matanza de aquellos que reclaman justicia, libertad, y democracia, en un país donde impera corrupción y represión.

Las personas opositoras temen, es probable que les disparen con armas de guerra, golpeen, capturen y torturen. Sin embargo, esa tarde salieron a las calles, a demandar la renuncia de Ortega, la liberación de cinco jóvenes de Matagalpa, prisioneros políticos, enjuiciados por hipotético “crimen organizado” debido a que son líderes del movimiento estudiantil universitario en protesta.

Jóvenes, cansados de oponerse con piedras, huleras, molotov, y morteros, opinan armarse, para enfrentar “taco a taco” a la policía y paramilitares. Sus ancestros, excombatientes guerrilleros, les han contado que así sacaron del país al otro dictador, porque la mayoría del pueblo se unió contra la guardia y su comandante.

Otros jóvenes y adultos opinan que deben continuar la sublevación cívica, romper el ciclo recurrente de guerras civiles que más bien destruye económica, educativa, y humanamente a la sociedad y al país, como está demostrado.

Pero Daniel Ortega que habló esa tarde, en Managua, no ha podido superar su discurso bélico y dictatorial que lo caracteriza desde los años ochenta del siglo pasado. Se enfrentan nuevamente entre nicaragüenses, con más de trescientos muertos en menos de tres meses.

La noche del sábado en Matagalpa, fue una muestra más del carácter militar del régimen, en respuesta a la marcha cívica, dispararon tiro a tiro, en ráfaga, armas de guerra, en los cuatro puntos cardinales de la ciudad.

Desde las seis de la tarde a las seis de la mañana del domingo, los habitantes atemorizados, emiten mensajes de texto y de voz y videos por las redes sociales, llaman por teléfono a familiares y amigos, en la ciudad, en Nicaragua y el extranjero.

En la oquedad citadina los lamentos y oraciones se multiplican, y también las maldiciones. “Ya es mucha la jodedera” hay que “volarle verga a esos hijueputas” dicen unos y otros entusiasmados con matar.

En el departamento Matagalpa calculan unos cinco muertos y más de veinte heridos, desde abril. Pero, la mayoría no quiere balas, sino justicia, libertad, y democracia. No quiere guerra, pero tampoco “poner el lomo todo el tiempo”.

Mientras la sinfonía aterradora suena, recomiendan acostarse en el piso, alejarse de puertas y ventanas, irse al fondo de la casa, cientos de mensajes de voz y videos con lágrimas y rezos, que se comparten entre miles.

“Están disparando…. dios mío… aquí cerquita… frente a mi casa” “Ay dios mío… la virgen santísima nos proteja con su manto” “La Sangre de Cristo” “Señor protege a mi pueblo” “Están atacando la alcaldía” “Es en el departamental del Frente, de ahí salen las motos y Hilux”.

Tener a mano agua y bicarbonato por si disparan gases, la manguera conectada por si llegan a quemarle la casa, sonar las cazuelas cuando paramilitares y policías entren al barrio, llamar al obispo y sacerdotes.

“Ah, es que un tal Lalo Soza es el que les dispara a los chavalos, vive frente al estadio, lo siguieron y lo tienen acorralado… dicen que es paramilitar”. “En el zonal del Frente llegaron a atacar y mataron a un compañero” - anuncian afines al gobierno.

La tensión por las detonaciones, más las acusaciones y amenazas, crean un escenario tétrico durante la noche a veintidós grados centígrado, en una ciudad de cien mil habitantes, con centenas de exiliados fuera de Matagalpa.

Denuncian disparos en Guanuca, Yaguare, Palo Alto, El Tule, El Progreso, El Cementerio, Calle 8, El Tambor, La Calle Central, Parque Rubén Darío, Molagüina. No fui a confirmar, no me atreví a salir caminando solo para llegar a los barrios.

Hasta el domingo por la mañana recorrí la Avenida José Dolores Estrada, y no vi balazos en las paredes. Verifiqué que no hubo ataque de autoconvocados al edificio de la alcaldía, en la zona central.

Durante la noche, escuchando de lejos, no identifiqué fuego cruzado sino balacera, y deduje que para acobardar a los adversarios y recordarles que los del FSLN son quienes mandan en Matagalpa.


Martes 10 julio 2018 – 9:23 a.m.

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